martes, 28 de febrero de 2012

Capitulo 16.



Habíamos quedado con Anna y Andrea en Barcelona así que salimos media hora antes de casa. Quedamos en la misma sala donde había sido el concierto, porque era el único sitio conocido que tenían de Barcelona.
Al llegar estaban esperándonos en la puerta. Fuimos a dar una vuelta y estuvimos hablando durante toda la tarde.
Les pusimos al día de todo lo ocurrido, pero Andrea estuvo todo el rato ausente.
- Andrea ¿Qué es lo que nos tenias que contar?- dijo Ari de pronto.
Ana se la quedó mirando.
- Es de David.
- ¿Qué ha pasado?- Pregunté.
- ¿Os acordáis de lo que pasó el día del concierto?- Asentimos.- Pues… Después de eso quedé con David, en un concierto que hicieron en Valencia a la semana siguiente.
- ¿Tu también fuiste?- Dijo Ari mirando a Ana.
- No, fue con una amiga suya de Valencia.
- Bueno, ¿Y porque estas así? ¿No se supone que tendrías que estar contenta?
- En el concierto fue muy simpático conmigo, y después fuimos a cenar a un restaurante. Después me acompañó al hotel y…
- ¿Y?- Dijimos Ari y yo a la vez.
Andrea se nos quedó mirando, era demasiado obvio.
- ¡Que fuerte! ¿Lo hicisteis?
- ¿Lo has vuelto a ver? Está en Barcelona.
- Lo se, pero no. Esa es la cuestión. Desde entonces pasa de mí. Le he llamado varias veces y no lo coge.
- No me imaginaba que David fuera así.- Dijo Ari.
- Yo tampoco, pero eso no es todo…
Volvimos a mirarla.
- Hace dos días le llamé. Pensé que no me lo cogería, pero contestó.- Suspiró.- Dijo que no le volviera a llamar, que lo nuestro no significó nada para él y que no quería nada conmigo.
Me quedé boquiabierta.
No conocía mucho a David, pero nunca me hubiera imaginado que fuera así. Aunque después de esto y lo de Inma ya me podía esperar cualquier cosa de ellos.

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Los dos días siguientes transcurrieron igual.
Una tarde normal llegamos a casa. No habíamos entrado aun cuando picaron a la puerta. Eran Lau y Mónica, que venía con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¡Chicas os tengo que poner al día!- Dijo Mónica entrando y sentándose en el sofá.
- ¿Qué tal ayer con Carlos?
- ¿No ves que cara de felicidad?- Me contestó Alba.- Que, Mónica, ¿Noche loca?
- Que va, no hicieron nada.- Dijo Lau.
- Bueno, pero ¿Cómo fue?
Mónica seguía sonriendo.
- Fuimos a cenar y después estuvimos dando una vuelta por Barcelona.
- ¿Y ya esta?- Interrumpió Alba impaciente.
- ¿Quieres dejarme acabar? Hemos quedado mañana antes de que se vayan a Madrid.
Después vino Alex a buscar a Lau y Mónica se quedó a cenar. Estuvimos hablando hasta que se hizo tarde.
 Al día siguiente, después de haber dormido apena cuatro horas, nos fuimos al instituto, donde nos encontramos por fin a Montse y Laura.
- Chicas, ¿Qué tal todo?- Preguntó Montse.- ¿Habéis hablado con los chicos?
- Genial. Claro, y los hemos visto…- Dije.
- ¿Y tu Laura?- Preguntó Alba.
- Perfecto. Simplemente me han castigado de por vida por culpa vuestra, pero claro, vosotras tan felices, no sabéis lo que es tener libertad.- Dijo alejándose por el pasillo.
- Fiesta. Otra que se enfada con nosotras.- Resopló Alba.
-¿Otra? ¿Quién más se ha enfadado?- Preguntó Montse.
Alba y yo intercambiamos miradas. Se encogió de hombros y me dijo que podía contárselo. Cunado acabé de explicárselo Montse seguía indiferente.
- ¿Y los vais a ver esta tarde?- Preguntó.- Quiero ir.
- Pero tú ¿No estás castigada?
- ¿Y? Me s, para variar.
- Puedes venirte, pero tengo que advertirte que David no es tan buen chico como parece.- Dijo Alba.
- ¿Porque dices eso?
- Yo solo te lo digo. Métetelo en la cabeza Montserrat.- Añadió.
El resto del día se me hizo eterno. Habían pasado dos semanas desde que pisé el instituto por última vez, y ya no me acordaba de lo lento que pasaba aquí el tiempo. Quería que llegase la noche. Me apetecía verle. Que digo. Me apetecía verles.
Miré a Alba, que para variar estaba con el móvil, y por el tamaño de su sonrisa, Álvaro estaba al otro lado de la pantalla. ¿Tendrá Alba razón? Pensé. ¿Me habré encaprichado de dos chicos a la vez?

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Una clase en la que estaba atendiendo y me tuvo que vibrar el móvil. Lo miré. Era un mensaje de Álvaro.
* Sé que hemos quedado esta noche, pero tengo toda la tarde libre. ¿Te voy a buscar al instituto? *
- Este hombre es un amor. -Pensé.
* Al final voy a pensar que andas escaso de trabajo *
* Eh, que si no quieres no voy 8( *
* Claro que quiero tonto, seré la comidilla durante nos días *
- Alba. El móvil.- Gritó el profesor.
- Mierda, mierda, mierda.- pensé.
- Alba.- Repitió.
- No, por favor, ya lo guardo.- Supliqué.
- El móvil.- Dijo esta vez en mi mesa.
Se lo di.
Mierda. No me había despedido de Álvaro, y ahora estaría una semana sin móvil. No iba a poder sobrevivir.
Me dieron con un papel en la cabeza. Me giré y vi a Ari haciéndome gestos para que lo leyera.
* ¿Adivino con quien hablabas? ¿Qué quería? *
Me giré.
- Viene a buscarme al instituto.- Vocalicé.
-Jura.- Dijo.
- Siiiiii- Dije en voz alta aplaudiendo.
- ¡ALBA! Como no te calles te vas a quedar castigada esta tarde.
- No, no, no. ¡Vale! Me callo.

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A las cinco Alba recogió rápido sus cosas y vino a hablar conmigo.
- Tía, me han quitado el móvil, buen, ya lo sabes, pero que ¿Cómo quedamos para esta noche?
- Llámame con el móvil de Álvaro.
- Calla, que está fuera.- Dijo mordiéndose la mano de la sudadera.
- ¿Y que haces perdiendo el tiempo hablando con un ser aburrido como yo en vez de ir a saludarle?
Me empujó.
- Vamos, ven a saludarle ¿no? Él no está enfadado.
Salimos al patio y Álvaro esta esperando en el rincón de la puerta.
- Míralo que sexy que está apoyado en la columna.- Me dijo.
Salió corriendo, cual desesperada, y le abrazó. Él le dio dos besos, mientras se ponía rojo de la vergüenza. A los dos segundos llegué yo.
- ¡Hola Ari!
- Hola Alv…
- ¡Si tu eres Álvaro de Auryn!- Gritó Cristina interrumpiendo.
- Hola.- Dijo Álvaro dándole dos besos.- Encantado.
- Ya me conoces, he ido a dos conciertos.
- ¿Si?- Preguntó él.
- Si. Y es la retrasada que nos metió en líos en Madrid.- Dijo Alba.
Nos quedamos todos en silencio y Cris resopló con superioridad.
- ¿Y que haces aquí?- Siguió Cristina ignorando por completo a Alba.
-¿Por qué no te vas?- Le gritó ella.
- ¿Por qué no te vas tu? ¿No ves que estoy hablando con él?
- ¿No ves que él ha quedado con Alba?- Añadí.
Cris la miró con asco.
- Si, de hecho vamos a llegar tarde.- Dijo Álvaro agarrando del brazo a Alba y llevándosela.
- Luego te llamo Ari.- Gritó ella.

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- ¿Llegamos tarde? ¿Es que vamos a algún sitio?- Dije una vez alejados del instituto.
- No…Era una escusa para salir de ahí.
- A las nueve vamos al Starbucks ¿Eh? Como habíamos quedado.
- ¿Hace falta que sea a las nueve? ¿No puede ser ahora?
- No. Es mi cena. A las nueve en el Starbucks.
- No se si aguantaré cuatro horas contigo.
- Ah ¿Y para eso me lamas? Para decirme cosas feas…
- No te he llamado te he esemesado.
- Esa ¿Qué palabra es? Dije riendo.
Se encogió de hombros, poniendo una de sus caras tímidas tan adorables.
- Me han quitado el móvil por tu culpa. Una semana sin el.
- ¿Voy a hablar con el profesor?
- ¡Si! Como en tres metros sobre el cielo, róbale el perro.
- ¿Tiene perro? Ah, y o he visto esa peli.
- ¿No? Pues con razón no te ha hecho gracia. No, no tiene perro.
- ¿Entonces? ¿Le llevo un pastel?
Fruncí el ceño.
- El pastel me acompañará el resto de los días ¿No?
Pasamos la tarde entre tiendas de música y ropa de hombre. Hasta que dieron las ocho y media.

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