A las ocho y veinte me picó Blas. Teníamos que ir al Starbucks,
ellos no sabían que se encontrarían allí. A saber como salía todo. La podíamos
liar más. Y para colmo Alba no me había llamado.
Fui con Blas en metro, casi sin hablar, y a menos diez
estábamos allí. Pero no éramos los únicos. Allí estaban Dani y David, que por
primera vez en su vida habían llegado pronto. Pero no fui la única que los vio.
- ¿Qué hacen allí estos dos?
- Ni idea.
- Ari, se te da fatal mentir, ¿Has organizado una encerrona?
- Ha sido…Alba.
- ¿Alba? Ósea que también viene ella?
Asentí.
- Y viene con Álvaro, obviamente.- Dijo.
Volví a asentir mordiéndome los labios. Suspiró.
- ¿Lo saben ellos?
- Dani.
- Anda, vamos dentro. Dijo para mi sorpresa.
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- Corre Álvaro que llegamos tarde.- Gritaba yo mientras
tiraba de su brazo riendo.
- ¿Pero que más da a las nueve o las nueve y media par…- Se
calló al llegar a la puerta y ver a Blas dentro.- Dime que esto no es verdad.
- Álvaro escucha entes de tom…
- No. Has quedado conmigo solo para una encerrona. ¿Por qué
siempre lo haces todo sin preguntar? ¿Por qué la tienes que cagar siempre?
- Hablé con Dani y…
- Deja ya de meterte en mi vida.- Dijo interrumpiendo de
nuevo. Y empezó a caminar.
- Álvaro espera, entra y habla con ellos por favor.- Dije
siguiéndole.
Seguía caminando sin detenerse.
- Álvaro, por favor, tienes que hablar con Blas.- añadí
cogiéndole del brazo.
De pronto se paró.
Se giró y se me quedó mirando fijamente a los ojos.
- Lo siento, pero tenía que intentarlo. Ya sé que casi no te
conozco y que no tengo derecho a meterme en tu vida, pero la fastidié y tenía
que solucionarlos.
- Si.- Dijo mirando al suelo.-No se como lo haces.- do con
un tono de voz fuerte, acercándose a mi.- Siempre estas ahí en medio de todo,
siempre actuando como si supieras todo de mi.
Resoplé, él estaba muy cerca.
- Siempre estas en medio de todo, y de alguna manera eso…-
me miró fijamente, tenía su boca a pocos centímetros de la mía.- Eso me
encanta.
Y ahí fue. Rodeados de gente, tantas personas, que no sabían
que ahora mismo estaba sucediendo el mejor momento de mi vida.
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No había ni rastro de Alba, aún no me había llamado.
- ¡Hola!- Dijo una voz detrás de mi. Era Montse, al final
había venido.
David le sonrió y fue enseguida a saludarla. Me extrañó que
Dani no preguntara por Laura, pero no le di más vueltas.
Finalmente al cabo de media hora apareció por la puerta
Alba, seguida por Álvaro que le agarraba por la cintura. Este se quedó mirando
fijamente a Blas, pero ninguno de los dos hizo nada.
Alba se acercó hacia mi.
- ¿Ya se lo has contado a Blas?- Me preguntó.
- Si, ¿Por qué habéis tardado tanto?
- Luego te lo cuento- Me dijo con una sonrisa.
Álvaro se sentó en una silla enfrente de Blas, pero seguía
sin decir nada, simplemente se observaban el uno al otro.
Mientras Alba y yo fuimos a pedir, y después nos sentamos
con ellos.
David y Dani comenzaron a hablar con normalidad, como si no
hubiese pasado nada, mientras Blas observaba su vaso, y Álvaro escuchaba la
conversación sin interrumpir.
Entonces llegó Carlos.
- ¿Y toda esta gente?- Preguntó cogiendo un trozo de
magdalena de chocolate de Alba.
Alba miró a Carlos, no entendía nada.
- ¿Tengo chocolate en la cara o que?- preguntó el.
- ¿Ya no estas enfadado conmigo?
- Creo que si me das el trozo de magdalena que queda se me
olvidará todo.- Dijo él riendo.
Alba sonrió y se levantó a abrazarle.
- Necesito un cigarro. Voy fuera.- Dijo David.
- Te acompaño.- Dijo Montse.
A los segundos vimos a Laia entrar por la puerta y mirar
hacia los lados.
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- ¡Laia! ¿Qué haces aquí?- Grité.
Ella se dirigió hacia nosotros, con cara de desesperación.
- Alba, estaba en casa de vuestras vecinas. Porque Mónica en
vuestra fiesta me dijo que me dejaría unos libros de la UNI, y la han llamado.
Su hermana y su novio an tenido un accidente de moto y están en el hospital.-
Decía con la voz entrecortada.
- Vamos al hospital, corre.- le dije a Ari.
Carlos nos miraba atónito, pero no decía nada.
- Voy con vosotras chicas.- Dijo Álvaro.
- Álvaro, no. No vamos a ir todos en manada al hospital.
Además tenéis otras cosas que hace.- Dije mirando a Blas.
- Venga Alba, vamos.- Me dijo Ari.
- ¿Carlos quieres venir?- Le pregunté. Sabía que le había
cogido cariño a Mónica.
Asintió y se puso la chaqueta para salir. Aproveché para
despedirme de Álvaro.
Se levantó de la silla. Ninguno de los dos sabíamos como
despedirnos después de lo que había pasado minutos atrás. Le di un beso en la
mejilla y el medio uno en la otra.
- Luego te llamo ¿Vale?- Me susurró al oído.
Le guiñé un ojo y le sonreí. Y luego los cuatro salimos
rumbo al hospital.
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Cogimos el primer autobús hacia el hospital. Lau estaba en
la UCI, y la enfermera nos dijo que teníamos que quedarnos en la sala de
espera. Allí estaba Mónica.
Miraba fijamente a la puerta de la sala de operaciones sin
percatarse de nada de lo que sucedía a su alrededor.
Al vernos se levantó y nos dio n abrazo a cada uno
intentando contener las lágrimas.
Salimos a una pequeña terraza que había junto a la sala de
espera para los fumadores. A Mónica le convendría tomar un poco el aire.
- ¿Cómo estas?- Le dijo Carlos rompiendo el silencio.
Mónica le miró, los ojos se le llenaron de lágrimas.
- Los médicos aún no saben nada- Contestó con un nudo en la
garganta, apenas podía hablar.
- ¿Y donde están tus padres?- Preguntó Alba.
- Con los de Alex…- Tomó aire.- los médicos han dicho que el
accidente ha sido muy grave, y aún no nos han dicho nada.
En ese momento por la puerta apareció el padre de Mónica,
tenía los ojos rojos e hinchados. Nunca le había visto llorar, pero parecía
derrumbado.
- Mónica, vete a casa, los médicos han dicho que tardarán
bastante.
- Si, es mejor que descanses. Quédate e nuestra si quieres.-
Le dije yo.
Volvimos a la estación de autobuses. En ese momento a Carlos
le sonó el móvil. Era Álvaro. Magí los había llamado, por lo visto les había
salido una entrevista para una revista y se tenían que preparar.
Le dio un largo abrazo a Mónica y se marchó después de
despedirse de todas.
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