domingo, 8 de abril de 2012

Capitulo 18.




Dejé a Mónica que durmiera en mi habitación, pero insistió en que bajáramos un colchón de su casa para que pudiéramos dormir todas.
Metimos el colchón en mi habitación, y Laia y Mónica durmieron juntas.
A Ari le había llamado Blas durante la cena.
- Nos vamos a Madrid mañana por la mañana. Espero que esté todo bien entre nosotros dos.- Le dijo.
Ya eran las dos de la mañana, y yo estaba en el sofá con insomnio. En unas horas se iban a Madrid y Álvaro no me había llamado. En mi cabeza se repetía ese momento… ¿Qué había pasado? Busqué su número en la agenda. ¿Y si le llamaba?
- Alba deja de ser pesada. Este chico no es nada tuyo.- Me dije a mi misma.- ¿Pero porque me había besado entonces?
* ¿Puedo llamarte? *
Hacía diez minutos que Álvaro me había enviado un mensaje. ¿Por qué no lo había visto?
Marqué su número y tras tres pips descolgó.
- Pensaba que no querías hablar conmigo.- Dijo.
- No había visto el mensaje, lo siento.
- De aquí a unas horas me voy a Madrid y no sabemos cuando volveremos a vernos. Quizá pueden pasar meses…
- Ah…
- ¿Puedo ir a verte?- Dijo entonces.
- ¿Ahora? Estás loco.
- Algo se me tenía que pegar de ti. ¿Puedo? Quiero hablar contigo.
- ¿Cuánto tardas?
- Veinte minutos, no más.
- En quince minutos estoy abajo.

En cuanto llegó nos fuimos a un parque cerca de casa. No había ni un alma en la calle. Nos sentamos en un banco.
- En esta pastelería hacen los mejores cruasanes del mundo.- Dije señalándola.
- Una lástima que ahora esté cerrada.
- ¡Sí! Seguro que a Carlos le encantaría.
- Alba…- Dijo con otro tono.
- Y los de chocolate son buenísimos.- Dije ignorando su llamada.
- ¡Alba!- Gritó haciéndome callar.
- ¿Qué pasa?- Dije mirándole.
- No… No debería haberte besado.- Dijo pasándose una mano por el pelo.
Empecé a morder el llavero de los nervios.
Me levanté, necesitaba salir de allí, pensar en lo que había pasado.
- ¿Adonde vas?- Me preguntó.
- A casa, estoy cansada… Bueno ya hablaremos…
No sabía que decirle. ¿Qué no me había gustado? ¿Qué había sido una equivocación? Para mi no había sido así. Pero ahora ya no importaba, había sido una más, otra tonta que había caído en la tentación.
Al irme, Álvaro se levantó y se fue. Etaba extraño, no se comportaba como le conocía.

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Estuve durante toda la noche dando vueltas en la cama. No podía dormir y estaba nerviosa. Ni siquiera sabía porque, pero el corazón me iba a mil por hora.
Me levanté, Alba no estaba, así que fui al salón.
Ni rastro de ella.
Encendí el portátil, no había nadie conectado.
En ese momento entró Alba por la puerta. Al verme se sentó en mi lado dejándose caer en el sofá.
La miré.
- ¿Estabas con Álvaro?
Asintió.
- Prefiero no hablar de eso ahora, ya te lo contaré. ¿Y tu que haces despierta?
- No lo se, no podía dormir, estoy nerviosa.
- ¿Y eso?
Me encogí de hombros.
- ¿Te has enamorado?- Dijo bromeando.
- Si pero no se si de Blas o de Dani.- Le contesté irónicamente.- Aquí la única enamorada eres tu.
Al decir eso le cambió la cara. Algo le había pasado con Álvaro.

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A las cuatro de la mañana nos fuimos a dormir. A las seis yo ya estaba en pie. ¿Por qué me había ido dejando a Álvaro con la palabra en la boca? Necesitaba verle, no quería que se marchase a Madrid de esa forma. Miré el reloj. Aún tenía tiempo de ir al aeropuerto.
- Ari, corre, levántate.- Dije corriendo las cortinas mientras me ponía una chaqueta.
- ¿Qué hora es?
- Las seis.
- PERO ¿QUÉ? ¿QUIERES MATARME?
- Los chicos se van en nada. No pienso quedarme aquí.
- ¿Quieres ir al aeropuerto? Estás loca.
- Tenías razón, quizás estoy enamorada. Un flechazo, una historia idiota… Tanto da… Venga, vístete mientras despierto a Mónica.- Dije saliendo.
Salimos fuera en busca de un taxi que nos llevara al aeropuerto. Teníamos menos de una hora para llegar, si llegábamos más tarde embarcarían.

- Odio Barcelona a estas horas de la mañana, millones de coches y ni un taxi.-pensé.

Al final un taxi cruzó la calle y empecé a saltar como una loca para captar su atención. El taxi paró.
- ¿Dónde os llevo? 
- Al aeropuerto.
De pronto, Ari soltó:
- Alba, ¿sabes en que terminal están?
Nos quedamos todas en blanco. Mierda. A saber cual iban a coger.
- No...
- Otra de tus ideas de bombero. Genial. No deberíamos ir, no los vamos a ver.- Dijo Ari -¿Porque no volvemos?
- ¿Mónica, quieres volver?
Ella miraba por la ventanilla, ausente.
-Yo... Quiero verlo.-soltó.
Tras esas palabras nadie volvió a decir otra cosa hasta que llegamos al aeropuerto. Pagué al taxista y bajamos corriendo.
- ¿Con que terminal nos la jugamos Alba?
- Vayamos a los mostradores de Vueling. Me dan buenas vibraciones.
Echamos a correr hacia los mostradores con l esperanza de que fueran los correctos.
En cuanto llegamos miré hacia las pantallas. Vuelo Barcelona-Madrid:15 minutos para el embarque.
- Chicas. Es aquí.- Grité.
Entonces Ari divisó a los chicos a lo lejos.
- ¡BLAAAAAAS!
Él se giró y con el Dani y Carlos, pero no había ni rastro de Álvaro, ni de David.
Narra Ari:
Me acerque corriendo hacia Blas y le cogí de la mano.
- ¿Ari, que estáis haciendo aquí?
- No quería que te marchases pensando que entre nosotros aún quedaba algo mal. Además, Alba tenía que hablar con Álvaro y ya sabes la gran capacidad que tiene para hacerme cometer locuras.
El no dijo nada. Se acercó a mí y me abrazo.
Narra Alba: 
Mónica corrió a abrazar a Carlos mientras lloraba, y Ari se apartó con Blas.
- ¿Y Álvaro?- le pregunte a Dani.
- Estoy aquí.- Oí detrás de mí.
Me gire y allí estaba el. Con esos increíbles ojos verdes y una tímida sonrisa.
- Álvaro, tenemos que hablar antes de que te vayas.
- ¿De que?
- De lo que pasó a noche, bueno, hace nada... Yo... No debí marcharme del banco. Sí lo que más me apetecía era estar contigo. No se porque, no te conozco casi nada, no es normal nada de esto Álvaro, no sé que es lo que me pasa.
- Desde que te conozco sólo sé que no hay nada normal en tú vida. Quizá eso es lo que...


*Último aviso para los pasajeros del vuelo con destino a Madrid.*

- Tengo que irme. Prometo llamarte.-me dijo.
- ¿Para que?
- ¿No quieres?
- ¿De que servirá tú llamada? ¿Que me vas a decir?
- Que tal vez a mi también se me haya pegado tú locura y tampoco tengan sentido ninguno d mis sentimientos hacia ti.

Tras decir eso, me dio un beso en la frente y se metió por el estrecho pasillo que llevaba hasta el avión. Hasta que le perdí de vista.

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*Último aviso para el embarque de pasajeros con destino a Madrid*

Eso fue lo que nos hizo separarnos del eterno abrazo.
- Blas, tienes que irte.
- ¿De veras tengo que hacerlo?
- Sino te quedarás en tierra.
- ¿Y?- Dijo sonriendo.
- Venga, vete.
- Me voy, pero contento. Me ha costado que te lleves bien conmigo.
- Eres un capullo.
- Lo soy.
Volví a abrazarle.
- Acabar de arreglar todos vuestros problemas y recupera tu amistad con Álvaro. Ah, y volver pronto.
- Te lo prometo.
- No prometas cosas que después no cumplirás.
- Por ti las cumpliré.
Y tras eso guiñó un ojo, me dio un beso en la mejilla y desapareció corriendo por el pasillo que llevaba al avión, cerrándose las puertas tras él.