sábado, 26 de mayo de 2012

Capitulo 21.



La luz que se colaba por las pequeñas rendijas de la persiana chocaba contra mis ojos, pestañeé un par de veces frotándome los párpados y así poder desperezar mi sueño. Miré mi móvil, eran las diez, todas seguían durmiendo.
La noche anterior nos habíamos acostado bastante tarde. Estuvimos hablando con Laia hasta la madrugada. Nos tenía que contar todo lo que había hecho en tres meses.


Me levanté de la cama, y fui directa a la ducha, dejé el pijama en el cesto de la ropa sucia y me metí bajo el agua. Me vestí y fui a despertar a las demás. Después bajamos a desayunar a una pequeña cafetería que había una calle más abajo.


- ¿Que queréis tomar?- Dijo el camarero sonriendo. Dos enorme hoyuelos se le marcaban en las mejillas.
- Un café con leche y un croissant.- Dijo Laia.
- Para mi lo mismo.- Añadimos Ari y yo al unísono.
- Me gusta el camarero Laia, no me extraña que siempre vengas aquí.- Dijo Mónica una vez se marchó este.
- Tu a callar que estás con Carlos, me lo pido yo que estoy soltera.- Contestó Ari riendo.
- ¿Pero a ti no te gusta Blas? Aclárate hija.- Le dije.
- Bueno, pero a Blas   no le he visto desde hace tres meses.
- Aquí tenéis.- Dijo el camarero sirviéndonos las tazas de café. Era medio pelirrojo y tenía unos enormes ojos verdes.- Oye Laia, ¿y Nuria donde está? Hace varios días que no la veo.
- Se ha ido a Albacete unas semanas con su novio. Ah, no te he presentado, estas son Alba, Ari, y Mónica, van a quedarse todo el verano en mi piso, y chicas, este es Lucas, estudia conmigo en la universidad.

----------
- Oye, ¿que os parece si esta noche nos vamos de fiesta?- Dijo Alba de pronto.
- Pero si acabamos de llegar, déjame al menos un día de tranquilidad.- Protesté.
- Va, que hace mucho que no salimos las cuatro juntas, y ¿que mejor forma de comenzar el verano?
- A mi me parece buena idea, fiesta loca.- Dijo Mónica riendo.
-Vale...- Dije al fin tomando un largo sorbo a la taza de café.- Pero solo si vamos a comprarnos ropa para esta noche.
- Que raro que tú te quieras comprar ropa.- Dijo Alba con tono irónico.


Después de desayunar fuimos directas hacia el metro, guiadas por Laia, claro está. Estuvimos toda la mañana dando vueltas y mirando ropa sin parar.
Entramos a una tienda enorme, repleta de ropa por todas partes. Cogimos un montón de conjuntos y nos adentramos en los probadores.

Más tarde Laia y Alba nos acompañaron hasta el metro, y una vez allí gracias a nuestra gran orientación no perdimos, y no se como acabamos en el lado opuesto de la ciudad. Al final, preguntando, conseguimos llegar hasta allí.


En medio del centro comercial había un escenario. La plaza estaba llena de fans, que ya estaban en la cola esperando su turno.
- Mónica, creo que no ha sido muy buena idea venir. Vamos a tener que estar aquí durante horas.
- Después de lo que nos ha costado venir hasta aquí yo no me voy sin ver a Carlos.- Dijo mirándome intimidantemente y tirando de mi brazo, para llevarme a la parte delantera del escenario, para que no les costara vernos.


En ese mismo instante las fans empezaron a chillar como histéricas, aun no me había acostumbrado a escucharlas. El primero en subir al escenario fue Carlos, al que no le costó mucho encontrarnos, y que nada más vernos nos sonrió y le dijo algo a Mónica que no pude entender, pero que hizo que esta se sonrojara. A él le siguieron Dani, David, Álvaro y por último Blas. Este último no se dio cuenta de nuestra presencia hasta que Álvaro le dijo algo al oído que hizo que me mirara y sonriera.
- ¡BUENAS TARDES MADRID!- Gritó Carlos por el micrófono.
- ¿Qué tal habéis empezado el verano?- Dijo Blas.- Estamos muy contentos de volver a estar aquí y de volver a veros.- Al decir eso se me quedó mirando con una sonrisa.


La música comenzó a sonar, Blas fue el primero en cantar, sin dejar de mirarme. No podía dejar de sonreír, y me sentía realmente idiota por ello.


“Ya no sé que pudo ser, ni porqué volví a caer, solo sé que fue un error dejarte sola sin decir adiós. Ya no se porque me fui ni porque ahora vuelvo a ti, sigo el rumbo que marqué y en mi destino siempre está volver. Me arrepentí, no te supe comprender. Me arrepentí, no te volveré a perder. Ya no hay más si tu no estás me pierdo en la soledad. Hoy el mundo será nuestro si en mis brazos quieres caer, yo no te dejaré, tu no me dejarás conmigo yo te llevaré hasta el final. El mundo gira y gira siempre, donde quiera que estés, me sobran sueños para andar contigo, no me digas que no, no quiero andar perdido sin tu amor, quédate conmigo.”


De alguna forma me sentí identificada con la canción, y que Blas me la estuviera cantando no ayudaba mucho, ya que era una canción de desamor. Aunque finalmente no entendí si la historia terminaba bien o mal.


Como nos quedaba mucha tarde por delante, Mónica y yo fuimos a por algo de beber a un pequeño Starbucks que había cerca. Después nos pusimos a la cola a esperar nuestro turno.

- Vámonos.- Le repetía a Mónica una y otra vez. Estaba nerviosa por volver a ver a Blas, y no sabía que decirle. Pero todas mis súplicas fueron en vano. 


Estuvimos como unas tres horas esperando en aquella cola interminable, viendo como todo tipo de chicas subían al escenario. Y viendo como Mónica se ponía cada vez más celosa. 

Se acercaba el momento, ya solo quedaban unas diez personas delante de nosotras. Y Carlos, puso a hablarnos y a hacer tonterías. Magí, al verlo le dio un carpetazo en la cabeza para que estuviera atento por las fans y dejara de distraerse. No sin antes echarnos un mal de ojo encima. 
Al irse, Mónica y yo no pudimos aguantar más y estallamos en una sonora carcajada, que hizo que todos, incluido los chicos se giraran, y que Carlos, poniendo una mueca nos hiciera un gesto con el dedo corazón. Según él, quería decir que nos quería.

Al subir, Mónica fue directa a Carlos. Yo en cambio, al primero que saludé fue a David, seguido de Dani, Carlos y Álvaro.
- ¿No vas a saludar a Blas?- Me dijo Álvaro al oído mientras le abrazaba.
- Álvaro…- No me dejó acabar.
- No seas orgullosa y ves a saludarle. Que no eres la única que le ha echado de menos, créeme.


Le miré y luego miré a  Blas que me estaba observando desde la mesa. Me sonrió y se acercó.


Me cogió de la mano y me acercó a el para poder abrazarme. Cerré los ojos por un momento, llevaba mucho tiempo esperando ese momento.


- Te he echado de menos.- Me dijo sonriendo.
Le volví a abrazar, tenía la impresión de que si abría la boca lo estropearía, pero necesitaba volver a verle.
- Siento no haberte llamado…
Al decir eso le miré para que se callara.


- ¿Entonces no habéis traído CD?- Le preguntó Carlos a Mónica indignado.- Me giré para mirar aquella cómica escena. Blas, mientras tanto, continuaba abrazándome por la cintura.
- Ya te he dicho que no.- Dijo esta riéndose. Entonces Carlos cogió uno de los bolis que había en la mesa y se le acercó con cara intimidante.
- ¿Carlos que haces?- Preguntó David divertido.
- Va, que lleváis mucho rato aquí chicas, haceros la foto, por favor. Dijo Magí, interrumpiendo.

Carlos aprovechó ese momento de distracción para firmar a Mónica en el pecho.
- Ale, eso te pasa por ponerte celosa.-Le dijo dándole un beso en la mejilla acompañado de un largo abrazo. Aunque todos sabíamos que se moría de ganas de dárselo en los labios.


Después de eso nos colocamos todos detrás de la mesa y nos hicimos la foto, por cierto, en un tiempo récord, ya que Magí no dejaba de meternos prisa.


- ¿Os quedáis al show-case?- Me preguntó Blas.
- No podemos, hemos quedado con Alba y Laia.
- Ah…- Dijo desilusionado.- Bueno, pues nos vemos mañana ¿no?
Asentí y le abracé de nuevo, dándole un beso en la mejilla.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Capitulo 20.


Tres meses después. Junio.
- ¿Has cogido las planchas?- Me preguntó Ari.
- Creo que si, pero Laia tiene en Madrid, no te estreses.
- Si me estreso, que sin planchas me queda un flequillo horroroso.
- Así irás a juego con Blas.- Solté.

Habían acabado las clases y nos dirigíamos a Madrid a pasar todo el verano. Durante esos tres meses que habían pasado, no habíamos vuelto a ver a los chicos, y yo apenas había hablado con Álvaro.

Lau, en cuanto se recuperó del todo, fue a vivir a Tarragona, donde estaban sus padres.
Carlos había bajado alguna que otra vez a Barcelona para pasar el día con Mónica, con quien había empezado una relación.

Y mi prima Laia, había roto con Dani, ya que no eran compatibles, y eran capaces de estar sin hablarse durante días por una pequeña discusión. Y, el motivo de peso, es que Laia, se dio cuenta de que su chico perfecto era David, con el que, hacia ya tres semanas que había empezado a salir.

- ¿Quieres quemar el timbre?- Grité a Mónica nada más abrir la puerta.
- Es que quiero llegar ya a Madrid y ver a mi Carlos. ¿Estáis?
- Ari, ¿ESTÁS?
- No, no puedo cerrar la maleta.- Gritó ella desde la habitación.
Corrimos hacia la habitación y allí vimos una graciosas pelea entre Ari y la maleta, donde desde luego, iba ganando la maleta.
- ¿Podéis dejar de reíros y ayudarme? Que no vamos a llegar.- Dijo subida encima de una maleta, que casi le doblaba en tamaño.
- ¿Te quieres dar prisa?- Grité cerrando la maleta de Ari.
- ¿Y tú porque estas tan alterada?- Preguntó Mónica.
- No estoy alterada, estoy emocionada.
- ¿Emocionada porque?- Preguntó Ari que ya había terminado con la maleta.- ¿Qué te emociona?
- Me emociona la simple idea de saber que voy a verle cada mañana, y cada mediodía, cada tarde, cada noche, cada hora.
- Alba, no sabía de la existencia de tu vena cursi.- Rió Ari.- Sabes que trabajan ¿No?
- Gracias aguafiestas.- Solté.- Es igual, el caso es que lo veré más de lo que le he visto en los últimos meses.
- Venga enamorada, que no llegamos.- Dijo Mónica.
Y salimos hacia el aeropuerto.

----------
Cogimos un taxi y fuimos corriendo al aeropuerto.

“Último aviso para los pasajeros del vuelo con destino a Madrid”
Dijeron por megafonía.

La última vez que escuché esa frase estaba con Blas. Casi no había tenido noticias suyas en tres meses. Por lo visto ya no se acordaba de la promesa que me hizo.

En cuanto aterrizamos y llegamos ya a la termina, Alba se volvió loca.
- ¿Se han puesto de acuerdo todos los morenos con barba, de traerse  a su amigo rubio al aeropuerto? Todos me recuerdan a Álvaro y Carlos.
- Alba, relájate.- Solté.- Tenemos que ir a por las maletas.
- Oh mierda. ¡Se me había olvidado!
Nos dirigimos hacia la cinta en busca del equipaje. Estuvimos media hora esperando, media hora que se hizo eterna debido a la impaciencia de Mónica y Alba.
- ¡Ya están ahí! ¡Por fin!- Chilló Mónica.
Cogimos las cosas y fuimos en busca de los chicos.
- Están allí.- Señaló Alba.- Ay, ay, ay, Álvaro va con camiseta blanca. Me puede cuando va así.
- A ti te puede siempre. No babees compórtate.
- ¡LAAAAIAAA!- Chilló antes  de que yo acabara la frase. Y salió corriendo.

Cuando Mónica y yo llegamos donde ellos, saludamos a los que Alba ya había saludado.
- ¿Y Dani y Blas?- Pregunté extrañada.
- No han querido y podido venir. Dijo David.
- Bueno, vamos para la calle, y cojamos un coche hacia mi casa. ¿Venís los tres?
- Si, ¿No?- Añadió Álvaro.
Y echamos a caminar.

----------
Álvaro y yo nos quedamos atrás del grupo.
- Hola…
- Hola Álvaro…- Le dije riendo.
- ¿Quieres que te ayude con las cosas?
- Eh, ¿Qué crees?, ¿Qué no puedo hacerlo sola?- Dije empezando a caminar.
- Vienes pisando fuerte.
- Álvaro…- Paré en seco, y el paró conmigo.
- Dime. Pero te advierto que ahora no te llevaré la maleta.
- Te e echado mucho de menos.

El sonrió y me abrazó.
- ¿Acabas de decirme algo bonito? ¿O solo me echas de menos porque nadie hace pasteles contigo?
- Oh, te odio.- Dije volviendo a andar.- ¿Quieres dejar ya los pasteles? Eres un rencoroso, que rápido que se te ha pegado de mí.
- Ya vuelves a ser tú.
- Ahora me llevas las maletas.- Dije lanzándole una.
- Pero ¿No podías tu sola?- Dijo mientras me la devolvía.
- ¿Y tu eras el vergonzoso?- Dije volviendo a lanzar la maleta.
- Y tu una salvaje.- Soltó, mientras agarraba la maleta.
- ¿Ya estáis discutiendo vosotros dos?- Dijo Carlos que había retrocedido sobre sus pasos.
- No, solo estamos hablando de lo feo que eres.- Dije.
- Justo de eso.- Me guiñó el ojo Álvaro.
- Que asco dais, mala gente.- Soltó mientras corría a por Mónica.

----------
Mónica, Carlos y yo encabezamos el grupo, mientras que Laia y David caminaban abrazados a pocos centímetros de nosotros. En cuanto a Alba y Álvaro, iban alejados de nosotros.
- Te he echado de menos, fea.- Dijo Carlos.
- Y yo a ti.- Contestó Mónica.- ¿Pero más que al chocolate?
- Al chocolate no lo he echado de monos, nunca me abandona.
Yo me limitaba a reír.
- Ari, a ti Blas también te ha echado de menos.- Soltó entonces.
No lo vi, pero noté como me ponía roja poco a poco.
- Ya, sus llamadas lo demuestran.- Dije rebosante de ironía.
- Como sois… ¡Que no te haya llamado no significa nada!- Gritó mientras se alejaba.

Pocos minutos después llegamos a la calle, subimos a dos taxis que pagamos entre todos y en pocos minutos, llegamos a casa de Laia, donde nos íbamos a quedar durante todo el verano las tres.
La casa era bastante pequeña, por lo que supuse que no sería fácil el verano.
- ¿Cuál es mi habitación?- Preguntó Alba.
- La de al lado del baño. Mónica y Ari tendrán que compartir la que hay allí a la derecha. No hay problema ¿No?
- ¡Ninguno!- Confesó Mónica.
- ¡No dormiremos en todo el verano!- Solté.
- Bueno, pues voy a dejar mis cosas.- Dijo Alba mientras cogía una maleta.
- ¿Puedo ayudarte?- Le guiñó un ojo Álvaro, mientras cogía la otra.
- Puedes, pero no te acostumbres.

----------
Álvaro y yo llegamos a la habitación y dejamos las maletas en la cama.
- Tengo que deshacerlas. ¿Me ayudas?
Álvaro estaba apoyado en la pared y me miraba sonriendo.
- Eh, ¡pasmarote!- Dije chasqueando los dedos mientras me acercaba él.- ¡Oye!- Reí mientras le golpeaba la cara cariñosamente.- Que si me…
No pude acabar la frase porque él me había agarrado del cuello, y sus labios se habían juntado con los míos. Puse sus manos en sus mejillas mientras él bajaba las suyas a mi cintura.
Nuestros labios se separaron tras unos minutos.
-Yo también te he echado de menos.- Dijo.
Sonreí y luego le abracé fuertemente.
- ¡AAAAALVAAAAROOO!- Chilló David desde fuera.

Me separé de él para dejarle paso, y él se asomó a la puerta.
-¿Qué quieres David?
- Tenemos que ir a casa de Dani, que tenemos que ir saliendo para la prueba de sonido de mañana.

Volvió a entrar y me besó en la mejilla.
- Me voy. Mañana buscaré un hueco para ti.
- Está bien don atareado. No me eches de menos.
- ¡Tu a mi si!
Salimos los dos hacia el corredor, donde nos despedimos todos.
- He llamado a Blas, he quedado con él pasado mañana… Pero mañana me pasaré por la firma.- Dijo Ari en cuanto los chicos se fueron.
- Yo no iré, ya me miraron mal las fans cuando fui la última vez. ¡No quiero que me linchen por ser la novia de su amado!- Dijo Laia.- Me iré de compras.
- Me voy contigo.- Dije yo sentándome en el sofá.
- ¿Voy a tener que ir sola a la firma? Mónica, tu vienes ¿no?- Le preguntó Ari.
- ¿Hacer ver que no tengo nada con Carlos y que solo soy una fan, mientras veo como miles de ellas le abrazan?- Dijo.- Vale, tampoco tengo nada mejor que hacer.
- ¿Y a ti que te pasa que sonríes tanto?- Me preguntó Ari.
- ¿A mi? Nada. ¿Qué me tendría que pasar? ¿Por qué Álvaro me tendría que haber besado y haberme dicho que me ha echado de menos? No entiendo vuestras paranoias.
- ¿Me lo estás contando en serio?- gritó Mónica.
- Para una vez que no bromeo…
- No me extraña prima. David me ha contado cosas, y a este hombre le has caído en gracia.
Me sonrojé.

- Chicas, ¡EMPIEZA EL VERANO!- Chillé.

El resto de la tarde-noche lo pasamos paseando por las calles de Madrid, que nos eran desconocidas, pero pronto dejarían de serlo.

lunes, 7 de mayo de 2012

Capitulo 19.



Apenas hacía unas horas que nos habíamos despedido de los chicos en el aeropuerto y habíamos ido en el hospital.
Mónica estaba sentada en una de las sillas frente a la habitación de Lau, pensativa.
- ¿En que piensas?- Dije sentándome a su lado.
- En Carlos, en el aeropuerto…
- ¿Qué te ha dicho?
- Que aunque no hayamos hablado mucho y nos conozcamos hace poco, me tiene mucho cariño, y que si quiero algo él está aquí, bueno, ahora allí, pero que le llame si quiero hablar, si quiero ser escuchada, si quiero consejos, que aunque se le de mal lo va a intentar. Y luego me preguntó por mí, que como estaba.
- ¿Y que le dijiste?
- Pues mi hermana y su novio han tenido un accidente, él ha muerto y ella se está debatiendo entre la vida y la muerte, apenas he dormido una hora en tres días, así que lo más normal es que le contestara: Gracias, pero estoy mal.
- ¿Y no le has dicho eso?
- No. Le he dicho que estaba bien, porque, aunque estaba hecha mierda he llegado y él me ha recibido con su sonrisa, sus tonterías y todo eso que me ha dicho, pues se me ha olvidado por un momento todo, y solo tenía ganas de abrazarle.
- Que locura.- Solté.
- Todo es una locura. ¿Cómo es posible? ¡Nos conocimos en un metro Alba, un metro!
Miré a Mónica, negaba con la cabeza mientras sonreía. Creí que seguir hablando de Carlos era conveniente, eso la hacía feliz.
- Nunca me has contado esa historia.- Dije.
- Iba con su gorro, el gris, y en cuanto notó mi presencia se me quedó mirando descaradamente… Y ya sabes como soy yo, que enseguida me pongo roja… Y se saltó su parada…
- ¿En serio? ¿Por mirarte? No se porque, no me sorprende.
- Si, cuando se dio cuenta, empezó a dar golpes a la puerta para ver si se abría.- Dijo riendo.
- Me gusta verte así.
- ¿Así como?
- Sonriendo.- Dije abrazándola.
Suspiró.
- Tu hermana saldrá de esta.- Le dije.- Siempre salís de todo ¿Recuerdas el perro aquel? ¿¿Recuerdas también lo que os pasó con el vecino del tercero? ¿YY cuando Lau se cargó el ascensor del edificio? No se como, pero salisteis airosas de todo aquello…
- Pero, esto no es lo mismo…
- No, no lo es. Pero, ¿Qué te queda si no tienes esperanza? Estamos todos aquí, contigo, y toda nuestra fuerza está con ella. Saldrá de esta…
- ¿Cómo estás tan segura? No siempre hay luz al final del túnel…

----------
Tras el aeropuerto, acompañé a Mónica y a Alba al hospital y luego fui para casa, a ducharme y a buscar a Laia.
En cuanto acabé de vestirme, llamé a Laia.
- Laia, soy Ari. Tu prima me ha dicho que te llamase porque ibas a venir al hospital ¿No?
- Iba…
- ¿Ya no? ¿Qué ha pasado?
- No puedo ir… Estoy en el aeropuerto.
- ¿Qué haces ahí?- Dije sorprendida.
- Voy a Madrid.
- ¿PARA QUÉ?
- Dani…
- ¿Dani? ¿Dani mi… Nuestro Dani?
- Si, ese Dani…
- ¿Pero, que? No entiendo nada.
- Oye, os explicaré luego. Os llamaré ¿Vale?
- ¿Pero cuanto te vas a quedar?
- Tiempo, mucho. Dormiré en casa de una miga.
Colgué y salí hacia el hospital.
Cuando llegue, la primera pregunta que me hizo Alba, era justo lo que sospechaba.
- ¿Y mi prima? ¿Te has olvidado de recogerla?
- Tu prima, está camino de Madrid.
- Ari, ¿Qué dices?
- Lo que oyes.
- Pero, ¿Cómo que se va a Madrid? ¿Para que?
- Dani. Eso es lo único que me ha dicho. Y que ya te llamaría para contártelo. ¿Cómo está Mónica?- Dije cambiando de tema.
- Está. Ver a Carlos le ha animado un poquito.
- ¿Es usted familiar de Laura?- Oímos que un médico le decía a Mónica.
- Si… ¿A pasado algo?- Dijo ella.
- Si, Laura está fuera de peligro. En unos días se pondrá bien. A las res se nos iluino la cara y abrimos los ojos como platos.
Vi como Alba se dirigía a Mónica y se abrazaban.
- ¡Te lo dije, te lo dije!- Decía Alba.
Cuando de separaron fui yo a abrazar a Mónica.
- Sabia que saldría de esta.- Iba diciendo por detrás Alba.
----------
Los días siguientes transcurrieron con normalidad. Cada día íbamos a ver a Lau, que, había entrado en depresión al enterarse de la muerte de Alex.
Llevaba tres días esperando la llamada de mi prima, y como no parecía que fuera a hacerlo decidí llamarla yo.
- ¿Diga?- Contestó.
- Hola, ¿Te acuerdas de que tienes una prima en Barcelona a la que no has dado explicaciones?
- Me acuerdo.- Dijo riendo.
- Pues suelta. ¿Qué haces en Madrid?
- A ver, los día que nos veíamos con los chicos en Barcelona siempre encontrábamos un modo de quedarnos solos y un día… se presentó en mi casa, que yo le había la dirección, no te asustes, y bueno… Digamos que surgió la chispa.
- ¡Madre mía! Una cosa es la chispa, y otra es irte a Madrid…
- Es una locura, pero me he quedado en casa de Nuria, una amiga mía, y así puedo ver a Dani más a menudo.
- ¿Entonces no tienes pensado volver por mucho tiempo?
- Me quedaré aquí hasta septiembre. Y oye, me contó Carlos que Lau está bien. Me alegro. ¿Por qué no os venís todas en verano?
- Se lo propondré a las chicas, pásalo bien fea.
- Te quiero.
- Venga adióóós.- Grité riendo.
Y colgué. ¿Verano en Madrid? Eso si era un planazo.