martes, 28 de febrero de 2012

Capitulo 16.



Habíamos quedado con Anna y Andrea en Barcelona así que salimos media hora antes de casa. Quedamos en la misma sala donde había sido el concierto, porque era el único sitio conocido que tenían de Barcelona.
Al llegar estaban esperándonos en la puerta. Fuimos a dar una vuelta y estuvimos hablando durante toda la tarde.
Les pusimos al día de todo lo ocurrido, pero Andrea estuvo todo el rato ausente.
- Andrea ¿Qué es lo que nos tenias que contar?- dijo Ari de pronto.
Ana se la quedó mirando.
- Es de David.
- ¿Qué ha pasado?- Pregunté.
- ¿Os acordáis de lo que pasó el día del concierto?- Asentimos.- Pues… Después de eso quedé con David, en un concierto que hicieron en Valencia a la semana siguiente.
- ¿Tu también fuiste?- Dijo Ari mirando a Ana.
- No, fue con una amiga suya de Valencia.
- Bueno, ¿Y porque estas así? ¿No se supone que tendrías que estar contenta?
- En el concierto fue muy simpático conmigo, y después fuimos a cenar a un restaurante. Después me acompañó al hotel y…
- ¿Y?- Dijimos Ari y yo a la vez.
Andrea se nos quedó mirando, era demasiado obvio.
- ¡Que fuerte! ¿Lo hicisteis?
- ¿Lo has vuelto a ver? Está en Barcelona.
- Lo se, pero no. Esa es la cuestión. Desde entonces pasa de mí. Le he llamado varias veces y no lo coge.
- No me imaginaba que David fuera así.- Dijo Ari.
- Yo tampoco, pero eso no es todo…
Volvimos a mirarla.
- Hace dos días le llamé. Pensé que no me lo cogería, pero contestó.- Suspiró.- Dijo que no le volviera a llamar, que lo nuestro no significó nada para él y que no quería nada conmigo.
Me quedé boquiabierta.
No conocía mucho a David, pero nunca me hubiera imaginado que fuera así. Aunque después de esto y lo de Inma ya me podía esperar cualquier cosa de ellos.

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Los dos días siguientes transcurrieron igual.
Una tarde normal llegamos a casa. No habíamos entrado aun cuando picaron a la puerta. Eran Lau y Mónica, que venía con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¡Chicas os tengo que poner al día!- Dijo Mónica entrando y sentándose en el sofá.
- ¿Qué tal ayer con Carlos?
- ¿No ves que cara de felicidad?- Me contestó Alba.- Que, Mónica, ¿Noche loca?
- Que va, no hicieron nada.- Dijo Lau.
- Bueno, pero ¿Cómo fue?
Mónica seguía sonriendo.
- Fuimos a cenar y después estuvimos dando una vuelta por Barcelona.
- ¿Y ya esta?- Interrumpió Alba impaciente.
- ¿Quieres dejarme acabar? Hemos quedado mañana antes de que se vayan a Madrid.
Después vino Alex a buscar a Lau y Mónica se quedó a cenar. Estuvimos hablando hasta que se hizo tarde.
 Al día siguiente, después de haber dormido apena cuatro horas, nos fuimos al instituto, donde nos encontramos por fin a Montse y Laura.
- Chicas, ¿Qué tal todo?- Preguntó Montse.- ¿Habéis hablado con los chicos?
- Genial. Claro, y los hemos visto…- Dije.
- ¿Y tu Laura?- Preguntó Alba.
- Perfecto. Simplemente me han castigado de por vida por culpa vuestra, pero claro, vosotras tan felices, no sabéis lo que es tener libertad.- Dijo alejándose por el pasillo.
- Fiesta. Otra que se enfada con nosotras.- Resopló Alba.
-¿Otra? ¿Quién más se ha enfadado?- Preguntó Montse.
Alba y yo intercambiamos miradas. Se encogió de hombros y me dijo que podía contárselo. Cunado acabé de explicárselo Montse seguía indiferente.
- ¿Y los vais a ver esta tarde?- Preguntó.- Quiero ir.
- Pero tú ¿No estás castigada?
- ¿Y? Me s, para variar.
- Puedes venirte, pero tengo que advertirte que David no es tan buen chico como parece.- Dijo Alba.
- ¿Porque dices eso?
- Yo solo te lo digo. Métetelo en la cabeza Montserrat.- Añadió.
El resto del día se me hizo eterno. Habían pasado dos semanas desde que pisé el instituto por última vez, y ya no me acordaba de lo lento que pasaba aquí el tiempo. Quería que llegase la noche. Me apetecía verle. Que digo. Me apetecía verles.
Miré a Alba, que para variar estaba con el móvil, y por el tamaño de su sonrisa, Álvaro estaba al otro lado de la pantalla. ¿Tendrá Alba razón? Pensé. ¿Me habré encaprichado de dos chicos a la vez?

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Una clase en la que estaba atendiendo y me tuvo que vibrar el móvil. Lo miré. Era un mensaje de Álvaro.
* Sé que hemos quedado esta noche, pero tengo toda la tarde libre. ¿Te voy a buscar al instituto? *
- Este hombre es un amor. -Pensé.
* Al final voy a pensar que andas escaso de trabajo *
* Eh, que si no quieres no voy 8( *
* Claro que quiero tonto, seré la comidilla durante nos días *
- Alba. El móvil.- Gritó el profesor.
- Mierda, mierda, mierda.- pensé.
- Alba.- Repitió.
- No, por favor, ya lo guardo.- Supliqué.
- El móvil.- Dijo esta vez en mi mesa.
Se lo di.
Mierda. No me había despedido de Álvaro, y ahora estaría una semana sin móvil. No iba a poder sobrevivir.
Me dieron con un papel en la cabeza. Me giré y vi a Ari haciéndome gestos para que lo leyera.
* ¿Adivino con quien hablabas? ¿Qué quería? *
Me giré.
- Viene a buscarme al instituto.- Vocalicé.
-Jura.- Dijo.
- Siiiiii- Dije en voz alta aplaudiendo.
- ¡ALBA! Como no te calles te vas a quedar castigada esta tarde.
- No, no, no. ¡Vale! Me callo.

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A las cinco Alba recogió rápido sus cosas y vino a hablar conmigo.
- Tía, me han quitado el móvil, buen, ya lo sabes, pero que ¿Cómo quedamos para esta noche?
- Llámame con el móvil de Álvaro.
- Calla, que está fuera.- Dijo mordiéndose la mano de la sudadera.
- ¿Y que haces perdiendo el tiempo hablando con un ser aburrido como yo en vez de ir a saludarle?
Me empujó.
- Vamos, ven a saludarle ¿no? Él no está enfadado.
Salimos al patio y Álvaro esta esperando en el rincón de la puerta.
- Míralo que sexy que está apoyado en la columna.- Me dijo.
Salió corriendo, cual desesperada, y le abrazó. Él le dio dos besos, mientras se ponía rojo de la vergüenza. A los dos segundos llegué yo.
- ¡Hola Ari!
- Hola Alv…
- ¡Si tu eres Álvaro de Auryn!- Gritó Cristina interrumpiendo.
- Hola.- Dijo Álvaro dándole dos besos.- Encantado.
- Ya me conoces, he ido a dos conciertos.
- ¿Si?- Preguntó él.
- Si. Y es la retrasada que nos metió en líos en Madrid.- Dijo Alba.
Nos quedamos todos en silencio y Cris resopló con superioridad.
- ¿Y que haces aquí?- Siguió Cristina ignorando por completo a Alba.
-¿Por qué no te vas?- Le gritó ella.
- ¿Por qué no te vas tu? ¿No ves que estoy hablando con él?
- ¿No ves que él ha quedado con Alba?- Añadí.
Cris la miró con asco.
- Si, de hecho vamos a llegar tarde.- Dijo Álvaro agarrando del brazo a Alba y llevándosela.
- Luego te llamo Ari.- Gritó ella.

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- ¿Llegamos tarde? ¿Es que vamos a algún sitio?- Dije una vez alejados del instituto.
- No…Era una escusa para salir de ahí.
- A las nueve vamos al Starbucks ¿Eh? Como habíamos quedado.
- ¿Hace falta que sea a las nueve? ¿No puede ser ahora?
- No. Es mi cena. A las nueve en el Starbucks.
- No se si aguantaré cuatro horas contigo.
- Ah ¿Y para eso me lamas? Para decirme cosas feas…
- No te he llamado te he esemesado.
- Esa ¿Qué palabra es? Dije riendo.
Se encogió de hombros, poniendo una de sus caras tímidas tan adorables.
- Me han quitado el móvil por tu culpa. Una semana sin el.
- ¿Voy a hablar con el profesor?
- ¡Si! Como en tres metros sobre el cielo, róbale el perro.
- ¿Tiene perro? Ah, y o he visto esa peli.
- ¿No? Pues con razón no te ha hecho gracia. No, no tiene perro.
- ¿Entonces? ¿Le llevo un pastel?
Fruncí el ceño.
- El pastel me acompañará el resto de los días ¿No?
Pasamos la tarde entre tiendas de música y ropa de hombre. Hasta que dieron las ocho y media.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Capitulo 15.


Marqué el número de Dani con la esperanza de que fuera mejor que con carlos.
- Hola Daniel.
- Hola
- Tío, ¿Estas enfadado?
- No.
- Ese no ha sido muy seco.
- Pues es el único no que tengo.
- Joder Dani, lo siento, y Ari lo siente más.
- Vale…
- Dani.
- ¿Qué?
- Puedes venir esta noche a casa?
- ¿Para que? No.
- Daniel por favor.
- Bueno, no se, ya veré.
Colgó.
- ¿Te ha dicho que va a venir?- Me preguntó Ari.
- No lo sabe, si le apetece…
Dieron las diez y alguien picó al timbre.
- ¡Alba!- Gritó Ari.- ¡Es Dani!
Me levanté del sofá corriendo y fui a mirar. Al final había venido.
- Hola- Dijo cuando llegó a la puerta.
- Pasa.- Dije.
Ari estaba sentada en el sofá y sonreía a Dani, pero él no se la devolvió.
- Aún no se por qué he venido… A ver ¿Qué queréis?
- Queremos solucionar lo que hemos…- Miré a Ari.- Lo que he estropeado.- Acabé.
- ¿Y porque me llamas a mi?
- A uno de los cinco teníamos que llamar, y tu eres el que mejor se lleva con los dos.- Dije.
- Y a parte Carlos no podía venir, y Blas y Álvaro no van a solucionar nada.- Añadió Ari.
- Y David, pobre, no está enterado de nada.
- Bueno ¿Y que hago yo?
- Primero meterles en la cabeza a todos que no se enfaden con nosotras. Cunado eso esté hecho, todo irá sobre ruedas.
- Tu te hablas con todos ¿no?- Preguntó Ari.
- Menos con Álvaro… Solo se habla con David.
- Bueno, pero Álvaro con nosotras no está enfadado…- Dijo Ari.
- ¿Podrías quedar con todos, sin que ellos lo supieran y yo quedo con Álvaro? Tenéis que hablar.
- Vale… Bueno, ya hablaré con David, y os decimos algo.
- ¿Te quedas a cenar?- Dijo Ari.
- No, cenaré luego con Carlos.
- Pero si Carlos está con Mónica.
- Ya, me voy con ellos.
- Aguafiestas.- Dije guiñándole un ojo.
Sonrió.
- ¿Entonces todo bien?- Dije tendiéndole una mano.
- Todo bien.- Dijo tirando de mi mano hacia él y dándome un abrazo.
Y luego fue a por Ari. La miró fijamente y empezó a reírse.
- Tu también tienes buena cara.- Bromeó ella.
- ¿He dicho ya que me voy?- Dijo dirigiéndose hacia la puerta.
De pronto a Dani le sonó móvil. Era la hora de avisar a Laia, tecleé tan rápido como pude.
Sonreí satisfecha. Dani puso mala cara.
- ¿Quién era?- Pregunté.
- Carlos me ha dado la patada, no cenaré.
Después mi móvil sonó. Esta vez era Laia.
- Dime Laia- Dani me miró.
- ¿Tendré mi cita con Dani?
- SI, claro, ven a cenar a mi casa.
Colgué y sonreí.
- Mi prima viene hacia aquí Ari.- Miré a Dani- ¿Te quedas a cenar o te quedas a cenar?
- Mataré a Carlos por esto.
- Estupendo.- Sonreí.- Que quieres cenar ¿Pasta o ensalada?
- Ensalada de pasta.- Suspiró.
Media hora más tarde llegó Laia. Ari y yo nos encerramos en la cocina.
- ¿No crees que esto da mucho el cante?- Me preguntó Ari.
- Díselo a Carlos- me reí.- Laia me debe una. ¿Dónde está la sal?
- No tenemos sal.
Miré mi plato de comida añadiendo mentalmente un, “deberíamos tener sal”. Cuando me giré vi a Ari escuchando en la puerta.
- Dani le está contando lo de Carlos.- Me dijo sin preguntar.- Laia se ríe.
- ¿Por qué eres tan masoca?
- No soy masoca. ¿Por qué lo dices?
- Deja de escuchar lo que dice Daniel.
- Ya estamos.- Dijo dejando de atender a lo que pasaba fuera. Además eres tu la que los ha llamad a los dos. Y deja ya de decirlo, que a mi Dani no me gusta.
- Yo no he dicho que te gustara, has sido tu.- Dijo sonriendo.
En ese momento Dani entró. Ari se lo quedó mirando.
- Bueno que, cenamos ya ¿o no?
Cenamos. Laia miraba a Dani, y Ari de vez en cuando miraba a esta con recelo. Y mientras yo observaba el móvil en busca de noticias de Álvaro.
Al terminar de cenar estuvimos un tiempo hablando y después se marcharon los dos.
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Me desperté a las cuatro de la tarde de tantos días  que llevaba durmiendo poco, lo necesitaba. Salí al comedor y estaba Alba en el sofá viendo vídeos de Robbie Williams mientras tecleaba en el móvil. Saludé con la mano pero no hizo ni caso.
Cogí el mando para cambiar de canal.
- ¡EEEEEEEH! Deja eso ahí.- Gritó.
- Ahora si me ves ¿no?
Dejé el mando.
- Ya era hora de que te despertaras. En dos horas hemos quedado con Ana y Andrea.
- Verdad.- Dije suspirando.- ¿A que viene esa cara?
- ¿Esa cara?
- Si, esa sonrisa tonta. ¿Álvaro no?
- Esque ya he quedado con el, para eso de vernos todos. De aquí a dos días, en el Starbucks.
- ¿En el Starbucks?
- Si, como empezó todo.- Dijo riendo.
- ¿Hace falta que vaya?
- Mueres por venir a ver a Daniel y Blas.
- Pesada.
- Me guiñó el ojo, subió el volumen de la tele, se puso de pie encima del sofá y empezó a bailar y a gritar cantando.
- ¡LEEEEEEEET MEEEEEE ENTRETAIN YOOOOOOOU!
Resoplé y me dirigí hacia la cocina, dejándola motivada en el sofá.
Media hora más tarde salí de nuevo al comedor. Alba estaba con el ordenador riéndose sin parar.
- ¿Ya te has cansado de bailar?
Seguía riendo sin hacerme caso.
- ¿Qué ves?
- A uno de tus dos amores.
- De verdad, que pesada eres ¿Eh? ¿Quién de los dos es?
- Blas, ya no me acordaba de su actuación cuando era pequeño en eurovisión.
Se levantó dejando el ordenador en el sofá.
- Una lágrima al viento, un vacío en el alma…- Comenzó a cantar, imitando a Blas mientras lloraba de la risa.
Resoplé. Hoy iba a ser un día muy largo.

domingo, 19 de febrero de 2012

Capitulo 14.




Me levanté y vi a avaro durmiendo en el sofá.
Fui a la cocina a desayunar y me vestí.
Al volver al salón Álvaro ya se había levantado. Estaba hablando por teléfono.
- Vale Magí. Pues a las cuatro estoy allí.
- …
- Que si, que me controlo.
Colgó.
- Buenos días Álvaro.- Dije.
- Buenos días ¿Vas a salir?
- Si, voy a la biblioteca a hacer mi trabajo.
- Yo voy a ayudar a Alba.
- Que morro tiene esta chica
- ¿Verdad?
- Si quieres desayunar algo, ya sabes, coge. Y mientras esta duerme, ponte la tele si quieres.
- ¿Tienes un ordenador?
- Claro. En ese armario está el de alba. Cógelo.
Cogí yo el mio y salí dirección a la biblioteca.

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Oí un portazo. Pensé que había sido Álvaro y me desperté. Se habrá ido sin despedirse, es capaz, pensé.

Salí al comedor y lo vi ahí, sentado con el ordenador sobre sus rodillas.
- Hombre, si estas aquí.- Dije.
- ¿Dónde tendría que estar?
- Pensé que te habías ido. He oído un portazo.
- Ari, se ha ido a la biblioteca.
Me senté a su lado y apoyé la cabeza en su hombro.
- Me gusta mucho tu pijama de Elmo.
- Tonto. ¿Has desayunado?-Dije riendo.
- ¿Por? ¿Quieres hacer un pastel?
Le di un leve empujón mientras reíamos.
- ¿Qué quieres?- Dije levantándome.
- A ti- respondió. Y luego empezó a reír.- No, que va, ¿Café?
-Te hago un café y te traigo galletas. Aunque yo estoy más buena.- Dije guiñándole un ojo.

Me metí en la cocina. Me encantaba el buen rollo que habíamos conseguido tener en tan poco tiempo.
Una vez preparado todo, sal al salón. Él estaba ahora sentado en una silla, con el ordenador sobre la mesa. Cogí una silla y me senté a su lado.
- ¿Cómo estás?
- Bien.
- ¿Seguro?
- Si.
- Álvaro, no le des más vueltas, no merece la pena.
- Ya…
-Va. Vamos a hacer el trabajo.- Dije sentándome encima suyo.
- ¿Ahora aparte de ayudarte tengo que hacer de silla?
- Le cogí el brazo y le mordí.
- Puta.- Dijo.
- Oh. ¿Cómo te atreves? Osadía.
Reímos y nos pusimos a hacer el trabajo.

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No se me ocurría nada. No sabía ni como empezar al trabajo.
Si al menos tuviera a alguien para ayudarme, como Álvaro.
¿Y si llamaba a Dani? No. No me lo cogería.
¿Y porque no Blas? El seguro que vendría.

Quedé con el en una parada de metro cercana a la biblioteca. Vi a Blas tras la puerta del metro.
Al cabo de un rato, y de hacerse fotos con ellos consiguió escaparse.
- Bueno, ¿vamos a  hacer el trabajo?- Dijo sonriendo.
- Si, gracias por venir a ayudarme. Llevo dos horas y aún no he hecho nada.
-Tampoco tenía nada mejor que hacer. Los chicos no se hablan, y Magí está enfadado.
- ¿Y tu como estas?- Me quedé mirándolo. Se encogió de hombros.
- He cortado con Inma, y Álvaro no me habla. ¿Cómo quieres que este?
- Bueno, Eso te lo has buscado tu solito. No es culpa de nadie.

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A las dos acabamos el trabajo.
- ¿Te quieres quedar a comer?
- ¿Me dará tiempo a llegar a las cuatro?
- Tienes dos horas.

Diez minutos más tarde llegó Ari, pero no venía sola.
- Alba, se queda Blas a comer.- Dijo entrando.
No entendía nada. ¿Ahora eran “amigos” otra vez?
- Ups.- Dijo al ver que estaba Álvaro.
- Es que él también se queda.- Dije señalándolo.- ¿Puedes venir un momento?- Le dije a Ari.
-¿Qué pasa?
- ¿Y esto a que viene?
- ¿El que?
- El traer a Blas.
- Me ha ayudado a hacer el trabajo y le he invitado a comer.
- Eres bipolar.- Y me fui a hacer la comida.
Nos sentamos los cuatro. No había casi conversación. Y si se hablaba, ellos intentaban no coincidir y no responderse.

De pronto se hizo un silencio incómodo, el cual pronto fue sustituido por el timbre. Ari fue a abrir.
- MÓÓÓÓÓNICA.- Dijo.
- Hola titis. Uy… Hola chicos…
- ¿A que has venido tía?- Le dije.
- Mi hermana está haciendo el salto del tigre con Alex. Ya me entendéis.- Dijo guiñando un ojo.- Y porque necesito los zapatos que llevaba Ari en la fiesta.
- Ven que te los dejo.
Y mi teléfono empezó a sonar. Era mi tia, la directora ya la había llamado.
- Chicos, voy a cogerlo, un momento.
Colgué, tras prometerle a mi tía que me iba a portar bien, y que sentía haberla liado en Madrid. Luego, escuché a Blas hablar y me escondí detrás de la puerta para escuchar.
- Álvaro, tenemos que hablar, no podemos estar ahí eternamente.
- Eso deberías haberlo pensado antes ¿No?
Se hizo un silencio.
- He dejado a Inma…
- ¿Y que quieres que te perdone por haberla dejado?
Blas no contestó.
- Me habéis estado engañando tres meses. Todo. He sido el último en enterarme. ¿Crees que eso es de amigos?
- Yo ya te he dicho que lo siento. No puedo hacer nada más.
En ese momento Ari y Mónica salieron de la habitación.
- Mira, esto no soluciona nada. Pero más nos vale llevarnos bien. Al menos delante de Magí y las fans.- Dijo Blas.
Salimos al comedor.
- Álvaro son las cuatro menos veinte. Deberíais iros ya.
- Si.- Dijo levantándose y dándonos dos besos a cada una.
- ¿Se van con Carlos?- Preguntó Mónica, tras irse ellos.
- Si, van a grabar un nuevo single.
- ¿Por qué lo preguntas?- Dijo Ari.
- He quedado con él esta noche.
-¿No sabes nada ¿eh? Noche loca.- Grité.
- ¿Si, no? Como la que has pasado tú con Álvaro.- Dijo Ari.
- ¿Yo? ¡Oye, que me fui a dormir!
- Seguro.- Rieron las dos.

Mónica estuvo media hora con nosotras y luego subió a su casa. Una hora más tarde, llamó mi prima.
- ¡Alba!
- Hola Laia.
- Tía, me tienes que dar el teléfono de Dani, que al final no nos los pudimos dar.
- Vale, ahora te lo pasa por SMS.
- ¡Bien! ¿Y tú que tal? ¿Ya lo habéis arreglado todo?
- No.
- Alba.- Interrumpió Ari.
- Laia te dejo, ya hablaremos.- colgué.- ¿Qué quieres?
- Mañana por la tarde no hagas planes, hemos quedado con Andrea y Ana.
- ¡Oh! ¡Que bien! Hace mucho que no las vemos.

Pasamos toda la tarde sentadas en el sofá viendo películas y comiendo palomitas.
- Parecemos unas gordas- Dijo Ari.

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- Somos unas gordas.- Añadió Alba.
- ¿Y si hacemos algo de provecho?
- ¿Llamamos a Álvaro?

Le tiré un cojín en la cara.
- Estas pesada ¿eh?
Se sonrojó.
- No te enamores.
- No me enamoro, idiota. Casi no le conozco. Sería una historia idiota.
- Pero te gusta.
Se encogió de hombros.
- Y a ti, ¿Cuál de los dos te gusta?- Dijo.
- ¿Qué dos?
- ¿Cómo que dos Ariadna? Daniel y Blas.
-No me gusta ninguno.

Le miré con cara asesina.
- Que es verdad, no me gusta ninguno.- Dije sonriendo.
- ¿Crees que estarán enfadados conmigo?
- Blas lo está.
- ¿Y Daniel y Carlos?
Me encogí de hombros.
- Conmigo también lo estarán, seguro. Dije.
- ¿Les llamamos?
- Estarán ocupados Alba.

Era inútil. Ya estaba marcando en  su teléfono el número.
- …
- Joder, lo siento, pero entiéndeme.
- …
- No, no creo.
- …
- Tampoco pasa nada, seguro que lo arregláis.
- …
- Vale. Genial.
- …
- ¿Y con Ari estas enfadado?
- …
- Pues vale. ¿Puedes decirle a Daniel que se ponga?
- …
- Joder, gracias.

Y colgó.
- ¿Qué ha pasado?- Pregunté.
- Me odia. Contigo no está enfadado. Y ellos no se hablan entre si.
- Vaya…
- Voy a llamar a Daniel. 

miércoles, 8 de febrero de 2012

Capitulo 13.



- Soy el cuernudo más tonto de España.- Me dijo.
- Tranquilo… Eso pasó hace tiempo Álvaro, ya no sirve de nada quejarse.
- Voy a ir ha hablar con Blas.
- No, por favor.
- ¿Cómo que no? ¿Lo ves normal entonces? ¿Quieres que hago como que no he oído nada?
- Si… Carlos me va a dejar de hablar por contártelo, y en cuanto se entere Dani nos cuelga a Ari y a mí.
- Ah, ¿Qué lo sabíais todos?
- Yo me enteré el otro día.
- Esto es flipante.
- No quería que todo acabase por culpa de eso.
- Claro, mejor que viva yo con una venda tapándome los ojos que joderlo todo ¿No?
- Chicos, ¿Qué ha pasado?- Preguntó Blas saliendo a la terraza.

Mierda. Pensé.
- ¿Qué ha pasado? Nada, que tendría que pasar?- Dijo irónicamente Álvaro.
- ¿Estas bien?
- Claro, perfectamente.
- Alba, ¿Qué pasa?
- Álvaro, déjalo, vamos dentro.
- ¿Dentro porque? ¡Que alguien me explique algo!
- Explícame tú porque un supuesto amigo se acuesta con la novia de su mejor amigo y se lo calla. Explícamelo porque no lo entiendo.

A Blas le cambió la cara.
- Tú no le hacías caso.
- ¿AHORA ES MI CULPA? Gilipollas.- Gritó Álvaro empujando a Blas.
Blas le devolvió el empujón.
- Chicos dejarlo ya.
Me puse en medio y los separé. Álvaro pegó un puñetazo a la pared. Luego le cogí de la mano y lo llevé a mi cuarto bajo las miradas de los que todavía quedaban en casa.

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Vi a Alba, llevándose a Álvaro que se tocaba los nudillos, los tenía rojos. Así que salí a la terraza a ver como estaba Blas.
Estaba apoyado en una de las barandillas.
- Hola.- Dijo sonriendo cuando me vio.
- Veo que estás bien… No como los nudillos de Álvaro…
- ¿Sabes por qué?
- Si… Capullo.
- ¿Es por eso por lo que estabas tan rara? ¿Por qué lo sabías?
Asentí.
- La voy a dejar. Solo me trae problemas. No vale la pena.
- Eso no va a borrar lo que hiciste, Blas.
- Nada lo va a borrar… Solo espero que Álvaro me lo perdone…
- Claro, después de todo.
Suspiró.
- ¿Me das un abrazo Ari?
- Te lo daré cuando te lo merezcas.- dije, volviendo a entrar.

Al entrar Dani me vino a buscar.
- Ari, ¿Sabes lo que ha pasado?
- Si…
- ¿Qué?
Le miré. Me mordí el labio y miré hacia abajo.
- Dime que no es lo que creo.
- Lo sabe.
- ¿Álvaro?
- Si.
- Mierda. ¿Se lo has contado a Alba verdad? Mira que te dije que no se lo contaras a nadie.
- Ya, pero Carlos le había sacado el tema y al final… Lo siento.
Negó con la cabeza en señal de desagrado y se metió en la habitación de Alba.

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Álvaro estaba sentado en la cama y yo enfrente suyo intentando calmarle, cuando entró Dani.
- Álvaro que…- Empezó Dani.
- Lárgate falso.- Soltó.
- ¿Falso?
- Lo sabías y no me has dicho nunca nada.
- Era el secreto de Blas, si él se lo pidió no tiene que contártelo. Es un peso difícil el contarlo y liarlo todo.- dije.
Álvaro se levantó y se metió en el baño que había en comunicación con mi dormitorio.
- Genial. Todo genial.- Dijo Dani saliendo por la puerta, al tiempo que entraba David y Laia.

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- ¿Y Carlos?- Me dijo Dani.
- En mi habitación creo, con Mónica. Per…
Lo vi entrar en la habitación y salir a los diez segundos con Carlos detrás.
- Nosotros nos vamos.- Dijo Carlos.- Adiós.
Y salieron.
- Chicos gracias por venir, pero ya está, se ha liado todo, por favor iros a casa, buenas noches.- Dijo Alba.

Me quedé en la puerta para despedir a la gente, ya que Alba volvió a meterse en el cuarto.
Solo se quedaron Blas y Mónica. Y David y Laia, que estaban con Alba y Álvaro.

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Después de despedir a la gente entré para hablar con David y Laia.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué se ha ido Dani? Con lo bien que me cae.- Dijo mi prima.
- Eso, soy el único que no sabe de que va, como siempre.- Añadió David.
En ese momento salió Álvaro del baño.
- Inma me puso los cuernos con Blas, Dani y Carlos lo sabían, Dani se lo contó a Ari, Ari a Alba, y Alba ha sido la única con la decencia suficiente para decírmelo.
- LA MADRE QUE ME PARIÓ- Dijo David boquiabierto.

Nos quedamos sin saber que decir ninguno.
- Prima, me tengo que ir ya, nos vemos.- Dijo Laia dándonos dos besos a cada uno.
- Te acompaño.
Y salí con ella, dejando a David y Álvaro en la habitación.
- Me voy ya chicos.
- Si, yo… yo también dijo Mónica, que también se había enterado del asunto.
Las acompañamos a la puerta y las despedimos. Blas seguía sentado en el sofá.
- Dile algo.- Dijo Ari con gestos.
- Tú- Hice señalándole.

Entonces salieron David y Álvaro.
- ¿Donde esta la gente? Si que se ha vaciado esto ¿No?- Dijo David intentando suavizar el panorama. Le miré mal.
Álvaro lanzaba miradas asesinas a Blas.
- Me voy a dormir. Adiós. Dijo Ari sin darle dos besos a nadie.
El teléfono de David comenzó a sonar.
- Me llaman, voy fuera a cogerlo. ¿Os venís o me voy ya?
Ninguno de los dos dijo nada.
- Pues me voy. Buenas noches Alba.

En el salón hubo un silencio incómodo. Blas seguía sentado en el sofá mirando la tele apagada.
- En fin…- Dije mordiéndome las uñas.
- ¿Vais a hablar?- Añadí con la esperanza de que acabase esa incómoda situación.

Blas se levantó, se puso el abrigo y salió sin pronunciar palabra.
- Gilipollas.- Susurró Álvaro cuando Blas cerró la puerta.
- Venga, déjalo ya.- Dije dándole un abrazo.
Suspiró.
- ¿Te vas a quedar a dormir?- Pregunté.
- ¿Puedo?
- Claro.
- Me quedo.
Sonreí.
- Que pederasta, que te quedas a dormir en casa de dos menores.

Esbozó una sonrisa.
- Alba, no tengo sueño.
- Ni yo. ¿Vemos una peli? ¿Hacemos un pastel?
- ¿Un pastel? Loca.
- Quiero hacer un pastel corre ven.
- ¿Vas a hacer un pastel a las dos de la madrugada?
- ¿Prefieres dormir?
- Venga, vamos a hacer el pastel.
- BIEEEEEEN.- Grité.
- ¡Shhhh! Que Ari está durmiendo.
- Esta duerme como una marmota. Ya pueden pasar aquí camiones, trenes, o explotar una bomba, ella duerme. Por cierto, que lo del pastel era una broma.
- Serás…- Y empezó a perseguirme. Cuando me cogió me tumbó en el sofá y comenzó a hacerme cosquillas.
- Para, para, caraculo.- Chillaba yo riéndome.

Al final conseguí hacer que me dejase y se sentó en el suelo.
- Álvaro…- Dije mirándole a los ojos.
- ¿Qué?
- Tengo que hacer un trabajo de Madrid. ¿Me ayudas?
- Dish… Que fresca.
- Oye, que es por tu culpa.
- ¿Mi culpa?
- Si, tú me invitaste a la fiesta de Carlos.
- Que capulla.- Y se levantó a hacerme cosquillas otra vez.
- Bueno, yo tengo sueño…- Dije sacándolo de encima y poniéndome depie.
- Eso, vete.
Reí.
- Buenas noche feo. ¿Me ayudarás mañana eh?
- Si.

Le di un beso en la frente. Era adorable.
- Buenas noches.- Dijo.- Y gracias.
Le guiñé el ojo y me metí en la habitación.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Capitulo 12.




A Laura y a Montse las estaban esperando sus padres e el aeropuerto. Estuvieron durante todo el camino echándoles la bronca, y las castigaron. En momentos así me alegraba de que mi familia estuviera viviendo en Alemania, y que me hubieran dejado quedarme en Barcelona. Hacia ya un año que Ari y yo vivíamos solas. Ella se enfadó con su padre, y como su madre vivía en Sevilla, se quedó conmigo.

Llegamos a casa a las tres. Teníamos un hambre increíble y en casa no había nada de comer.

- Vamos al Maremágnum- Dijo Ari.

Fuimos hacia allí y entramos al McDonald’s. Cuando ya habíamos pedido y nos habíamos sentado recibí una llamada.

- Es Álvaro, tía.- Chillé. Y lo cogí.

- Hola. ¿Habéis llegado ya?

- Si, y estamos comiendo. ¿Llamas por algo especial?

- Si... La semana que viene nos acaban de decir que vamos a ir a Barcelona.

- Bieeeeeeen. Entonces nos tenemos que ver, que le tengo que dar el regalo a Carlos.- usé como escusa.

- Si nos escapamos claro, Magí nos la tiene guardada por todo esto...

Colgué y se lo explique a Ari.

- Oye, ¿Al final vamos a hacer algo por San Valentín como el año pasado?- preguntó.

- ¡Copón! Se lo podía haber dicho a Álvaro.

- ¿Y quien más? Montse y Laura están castigadas.

- Podemos invitar, a nuestras vecinas, y al novio y sus amigos, y a mi prima Laia, le digo que traiga amigas.

- Vale, y a gente de clase o de twitter.


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Estuvimos el resto de la tarde hablando de la fiesta. A la mañana siguiente fuimos a clase. Nos esperaba una larga charla con la directora. Nos expulsaron dos semanas y nos obligaron a hacer un trabajo sobre Madrid.

Pasó una semana. Los chicos ya habían llegado a Barcelona.

- Mira que twit acaba de poner Carlos.- Me dijo Alba.

"Chica rubia que hemos cruzado miradas en el metro de Barcelona, llámame."


Aproveché la ocasión para mandarla un Watts App.

*¿Pero la rubia existía o estaba en tu Ipad, viciado? PD: Fiesta el día de  San Valentín en nuestra casa.*
*Calle y hora, nos apuntamos. Ya nos escaparemos.*

- Oye entonces Blas... ¿Va a venir?- Preguntó Alba.

- No sé, tú has puesto que vengan, en general.

- Llama a Dani y pregúntale.

- Llama tú a Álvaro.

- Vale. - Dijo sonriendo.

- No sabes ni nada ¿eh? Ahora llamo a Dani.

Cogí el teléfono y marqué el número de Dani.

- ¡Hola Ari!

- Holaaa. Oye, Os ha contado Carlos lo de la fiesta?

- Solo a David y a mi, los demás no estaban.

- Pues no se lo digáis a Blas, no quiero que venga. A parte, que quede con la novia.

- Si, supongo que quedará con Inma, así que si se lo decimos tampoco pasa na...

- NO SE LO DIGÁIS.

- Vale, no me comas. ¿Vendrá Laura?

- No, está castigada. Bueno ya hablaremos.

- ADIÓÓÓS DANIEL.- Gritó Alba.

- Adiós locas.- Dijo riendo Dani.


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- AAAAAAAAAAAAAAALBAAAAAAAAAAAA.- Me despertó Ari gritando.- Ya es catorce.

- ¿Que hora del catorce?

- Las diez y cuarto.

- Zorra. Se supone que soy yo la loca que chilla y jode por tonterías.

- ¿A que jode? Ja. Venga, levanta que me voy a comprar ropa.

- Ariadna por favor, tienes un montón de ropa. ¿Porque estás tan impaciente? ¿A quien quieres ver con tantas ganas?

- A nadie.

- Uy, Daniel, como te está afectando...

- Calla.

- Calla tú, y déjame dormir.- Dije tirándole la almohada a la cara.


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A las diez en punto estaban plantadas en casa nuestras vecinas Mónica y Lau. Lau, se llama Laura, pero nunca la llamamos así. También estaba Álex, el novio de Lau, y que, tenía un tigre tatuado en la espalda, y un par de amigos suyos.

Mas tarde llegó la prima de Alba, Laia, con su mejor amiga Carmen.

Pero de los chicos ni rastro.


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Cuando ya estaba todo el mundo, a eso de las doce, llegaron los chicos. Los cinco, Blas incluido.

- ¿Te ha llamado tu chica rubia para San Valentín?- dije saludando a Carlos.

- No, ni me ha llamado, ni me ha escrito. Necesito a Megan Fox.- dijo riendo.- ¿Y Ari?

- A saber, se habrá escondido al ver a Blas. JAJAJAJA. Que no, está en la terraza, voy a buscarla.

Abrí la puerta y salí fuera, la vi sentada en la mesa.

 - Bueno, que te dejo, que... tenemos que cenar.

- ...

- Si. Adiós.

- ¿Con quien hablabas?- Pregunté.

- Con mi madre, ayer la llamaron del instituto y me estaba dando una charla.

- Pronto llamaran a mi tía, entonces. Han llegado los chicos.

- ¿Y porque me miras así?

- Ha venido tu Daniel, pero también Blas.

- No es mi Daniel. Y Blas me da igual.

- ¿No te importa?

- Me da igual.


Cuando volvimos dentro Carlos me agarró del brazo.

- Alba, ¿quien es la rubia que hay ahí?

- Mi vecina ¿Por? Es muy guapa.

- ¿Como se llama?

- Mónica.

- Es la rubia del metro.

- ¿En serio? Espera, que la llamo. MÓNICAAAA.- Grité.

- Hola.

- Mónica, Carlos. Carlos, Mónica. Aunque ya os conocíais de las miradas en el metro.

- Ya decía yo que me sonabas.- Dijo Mónica.- Encantada.

- Os dejo...- Y me fui a hablar con Lau y Álex.

- Alejandro.

- Álex.- dijo él.

- Alejandro.

- Álex.

- Vale, dejarlo ya.- Dijo Lau.

- ¿Que tal lo estáis pasando?

- Súper bien. Hemos hablado con un chico súper majísimo y súper monísimo. Se llama Blas.

- Súper moniiiiiisimo.- Repitió Álex, burlándose de Lau.

- Sabes que tú, y tu tigre me gustáis más.

Se besaron.

- Bueno, me voy a ver a los solteros de la sala. Que me pongo celosa.

- Ya me pasareis el teléfono de Blas. Por cierto, con que buenorro esta hablando mi hermana.

- Carlos. JAJAJAJA.- Y me fui a buscar a Laia.


Daniel, Laia, Álvaro, David y Ari, estaban en la cocina discutiendo, y aproveché para llevarme a Álvaro, y contarle lo de Blas.

Salimos a la terraza.

- No hemos hablado casi nada en toda la noche. ¿Eh?-me dijo.

- Ya.

- ¿Pasa algo Alba?

- Es que... Me han contado una cosa, y pensaba contártela, pero no puedo. Es secreto, me he arrepentido.

- ¿Porque no puedes?

- Lo puedo liar todo, paso.

- Cuéntamelo.

- No, por favor.

- Sueltas la mierda y escondes la mano. Genial.

- Alba, tenemos que hablar.-interrumpió Carlos.


Carlos miró a Álvaro.

- Vale, os dejo que habléis.

- Alba, no le cuentes nada. No sé como diablos te has enterado pero déjalo. No la líes, por favor.-dijo Carlos cuando Álvaro abandonó la terraza.

- Carlos, pero sois amigos. ¿Ves normal no decirlo?

- Si. Porque Blas también es amigo nuestro. Ahora todo está bien, Álvaro no sospecha nada y todos somos felices. No tiene que enterarse. Entiéndelo.

- No, pues no lo entiendo. No entiendo como se le oculta algo así a un amigo.

- ¿Que me ocultáis?

- Álvaro, ¿que haces aquí?

- Me he escondido, sabia que iría por mí el tema. ¿Que no me podéis contar?

- No tiene importancia, déjalo.

- Si la tiene. Contármelo ya.

Suspiré.

- Alba, cuéntamelo ya.- Dijo cogiéndome de las manos.

Al final, lo solté todo, intentando dejar a Blas de la mejor manera posible.

- A la mierda todo.- Gritó Carlos. Y entró dentro.

A Álvaro le caían las lágrimas de impotencia.


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Carlos entró cabreado y pegó un portazo en la terraza.

- ¿Que ha pasado Carlos?- Preguntó Dani.

- Que se ha liado todo. A tomar por culo. Se acabó.- Y se metió en mi habitación.

Mónica lo siguió.

Nadie entendía nada. Nadie excepto yo, que supuse lo que había pasado. Me llevé las manos a la cara y luego miré a Blas. Suspiré.

Solo esperaba que ahora Álvaro tuviera control de sus actos.