- Soy el cuernudo más tonto de España.- Me dijo.
- Tranquilo… Eso pasó hace tiempo
Álvaro, ya no sirve de nada quejarse.
- Voy a ir ha hablar con Blas.
- No, por favor.
- ¿Cómo que no? ¿Lo ves normal
entonces? ¿Quieres que hago como que no he oído nada?
- Si… Carlos me va a dejar de hablar
por contártelo, y en cuanto se entere Dani nos cuelga a Ari y a mí.
- Ah, ¿Qué lo sabíais todos?
- Yo me enteré el otro día.
- Esto es flipante.
- No quería que todo acabase por
culpa de eso.
- Claro, mejor que viva yo con una
venda tapándome los ojos que joderlo todo ¿No?
- Chicos, ¿Qué ha pasado?- Preguntó
Blas saliendo a la terraza.
Mierda. Pensé.
- ¿Qué ha pasado? Nada, que tendría
que pasar?- Dijo irónicamente Álvaro.
- ¿Estas bien?
- Claro, perfectamente.
- Alba, ¿Qué pasa?
- Álvaro, déjalo, vamos dentro.
- ¿Dentro porque? ¡Que alguien me
explique algo!
- Explícame tú porque un supuesto
amigo se acuesta con la novia de su mejor amigo y se lo calla. Explícamelo
porque no lo entiendo.
A Blas le cambió la cara.
- Tú no le hacías caso.
- ¿AHORA ES MI CULPA? Gilipollas.-
Gritó Álvaro empujando a Blas.
Blas le devolvió el empujón.
- Chicos dejarlo ya.
Me puse en medio y los separé.
Álvaro pegó un puñetazo a la pared. Luego le cogí de la mano y lo llevé a mi
cuarto bajo las miradas de los que todavía quedaban en casa.
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Vi a Alba, llevándose a Álvaro que
se tocaba los nudillos, los tenía rojos. Así que salí a la terraza a ver como
estaba Blas.
Estaba apoyado en una de las
barandillas.
- Hola.- Dijo sonriendo cuando me vio.
- Veo que estás bien… No como los
nudillos de Álvaro…
- ¿Sabes por qué?
- Si… Capullo.
- ¿Es por eso por lo que estabas tan
rara? ¿Por qué lo sabías?
Asentí.
- La voy a dejar. Solo me trae
problemas. No vale la pena.
- Eso no va a borrar lo que hiciste,
Blas.
- Nada lo va a borrar… Solo espero
que Álvaro me lo perdone…
- Claro, después de todo.
Suspiró.
- ¿Me das un abrazo Ari?
- Te lo daré cuando te lo merezcas.-
dije, volviendo a entrar.
Al entrar Dani me vino a buscar.
- Ari, ¿Sabes lo que ha pasado?
- Si…
- ¿Qué?
Le miré. Me mordí el labio y miré
hacia abajo.
- Dime que no es lo que creo.
- Lo sabe.
- ¿Álvaro?
- Si.
- Mierda. ¿Se lo has contado a Alba
verdad? Mira que te dije que no se lo contaras a nadie.
- Ya, pero Carlos le había sacado el
tema y al final… Lo siento.
Negó con la cabeza en señal de
desagrado y se metió en la habitación de Alba.
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Álvaro estaba sentado en la cama y
yo enfrente suyo intentando calmarle, cuando entró Dani.
- Álvaro que…- Empezó Dani.
- Lárgate falso.- Soltó.
- ¿Falso?
- Lo sabías y no me has dicho nunca
nada.
- Era el secreto de Blas, si él se
lo pidió no tiene que contártelo. Es un peso difícil el contarlo y liarlo
todo.- dije.
Álvaro se levantó y se metió en el
baño que había en comunicación con mi dormitorio.
- Genial. Todo genial.- Dijo Dani
saliendo por la puerta, al tiempo que entraba David y Laia.
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- ¿Y Carlos?- Me dijo Dani.
- En mi habitación creo, con Mónica.
Per…
Lo vi entrar en la habitación y
salir a los diez segundos con Carlos detrás.
- Nosotros nos vamos.- Dijo Carlos.-
Adiós.
Y salieron.
- Chicos gracias por venir, pero ya
está, se ha liado todo, por favor iros a casa, buenas noches.- Dijo Alba.
Me quedé en la puerta para despedir
a la gente, ya que Alba volvió a meterse en el cuarto.
Solo se quedaron Blas y Mónica. Y
David y Laia, que estaban con Alba y Álvaro.
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Después de despedir a la gente entré
para hablar con David y Laia.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué se ha ido
Dani? Con lo bien que me cae.- Dijo mi prima.
- Eso, soy el único que no sabe de
que va, como siempre.- Añadió David.
En ese momento salió Álvaro del
baño.
- Inma me puso los cuernos con Blas,
Dani y Carlos lo sabían, Dani se lo contó a Ari, Ari a Alba, y Alba ha sido la
única con la decencia suficiente para decírmelo.
- LA MADRE QUE ME PARIÓ- Dijo David
boquiabierto.
Nos quedamos sin saber que decir
ninguno.
- Prima, me tengo que ir ya, nos
vemos.- Dijo Laia dándonos dos besos a cada uno.
- Te acompaño.
Y salí con ella, dejando a David y
Álvaro en la habitación.
- Me voy ya chicos.
- Si, yo… yo también dijo Mónica,
que también se había enterado del asunto.
Las acompañamos a la puerta y las
despedimos. Blas seguía sentado en el sofá.
- Dile algo.- Dijo Ari con gestos.
- Tú- Hice señalándole.
Entonces salieron David y Álvaro.
- ¿Donde esta la gente? Si que se ha
vaciado esto ¿No?- Dijo David intentando suavizar el panorama. Le miré mal.
Álvaro lanzaba miradas asesinas a
Blas.
- Me voy a dormir. Adiós. Dijo Ari
sin darle dos besos a nadie.
El teléfono de David comenzó a
sonar.
- Me llaman, voy fuera a cogerlo.
¿Os venís o me voy ya?
Ninguno de los dos dijo nada.
- Pues me voy. Buenas noches Alba.
En el salón hubo un silencio
incómodo. Blas seguía sentado en el sofá mirando la tele apagada.
- En fin…- Dije mordiéndome las
uñas.
- ¿Vais a hablar?- Añadí con la
esperanza de que acabase esa incómoda situación.
Blas se levantó, se puso el abrigo y
salió sin pronunciar palabra.
- Gilipollas.- Susurró Álvaro cuando
Blas cerró la puerta.
- Venga, déjalo ya.- Dije dándole un
abrazo.
Suspiró.
- ¿Te vas a quedar a dormir?-
Pregunté.
- ¿Puedo?
- Claro.
- Me quedo.
Sonreí.
- Que pederasta, que te quedas a
dormir en casa de dos menores.
Esbozó una sonrisa.
- Alba, no tengo sueño.
- Ni yo. ¿Vemos una peli? ¿Hacemos
un pastel?
- ¿Un pastel? Loca.
- Quiero hacer un pastel corre ven.
- ¿Vas a hacer un pastel a las dos
de la madrugada?
- ¿Prefieres dormir?
- Venga, vamos a hacer el pastel.
- BIEEEEEEN.- Grité.
- ¡Shhhh! Que Ari está durmiendo.
- Esta duerme como una marmota. Ya
pueden pasar aquí camiones, trenes, o explotar una bomba, ella duerme. Por
cierto, que lo del pastel era una broma.
- Serás…- Y empezó a perseguirme.
Cuando me cogió me tumbó en el sofá y comenzó a hacerme cosquillas.
- Para, para, caraculo.- Chillaba yo
riéndome.
Al final conseguí hacer que me
dejase y se sentó en el suelo.
- Álvaro…- Dije mirándole a los
ojos.
- ¿Qué?
- Tengo que hacer un trabajo de
Madrid. ¿Me ayudas?
- Dish… Que fresca.
- Oye, que es por tu culpa.
- ¿Mi culpa?
- Si, tú me invitaste a la fiesta de
Carlos.
- Que capulla.- Y se levantó a
hacerme cosquillas otra vez.
- Bueno, yo tengo sueño…- Dije
sacándolo de encima y poniéndome depie.
- Eso, vete.
Reí.
- Buenas noche feo. ¿Me ayudarás
mañana eh?
- Si.
Le di un beso en la frente. Era
adorable.
- Buenas noches.- Dijo.- Y gracias.
Le guiñé el ojo y me metí en la
habitación.
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