Apenas hacía unas horas que nos habíamos
despedido de los chicos en el aeropuerto y habíamos ido en el hospital.
Mónica estaba sentada en una de las
sillas frente a la habitación de Lau, pensativa.
- ¿En que piensas?- Dije sentándome a
su lado.
- En Carlos, en el aeropuerto…
- ¿Qué te ha dicho?
- Que aunque no hayamos hablado mucho
y nos conozcamos hace poco, me tiene mucho cariño, y que si quiero algo él está
aquí, bueno, ahora allí, pero que le llame si quiero hablar, si quiero ser
escuchada, si quiero consejos, que aunque se le de mal lo va a intentar. Y
luego me preguntó por mí, que como estaba.
- ¿Y que le dijiste?
- Pues mi hermana y su novio han
tenido un accidente, él ha muerto y ella se está debatiendo entre la vida y la
muerte, apenas he dormido una hora en tres días, así que lo más normal es que
le contestara: Gracias, pero estoy mal.
- ¿Y no le has dicho eso?
- No. Le he dicho que estaba bien,
porque, aunque estaba hecha mierda he llegado y él me ha recibido con su
sonrisa, sus tonterías y todo eso que me ha dicho, pues se me ha olvidado por
un momento todo, y solo tenía ganas de abrazarle.
- Que locura.- Solté.
- Todo es una locura. ¿Cómo es
posible? ¡Nos conocimos en un metro Alba, un metro!
Miré a Mónica, negaba con la cabeza
mientras sonreía. Creí que seguir hablando de Carlos era conveniente, eso la
hacía feliz.
- Nunca me has contado esa historia.-
Dije.
- Iba con su gorro, el gris, y en
cuanto notó mi presencia se me quedó mirando descaradamente… Y ya sabes como
soy yo, que enseguida me pongo roja… Y se saltó su parada…
- ¿En serio? ¿Por mirarte? No se
porque, no me sorprende.
- Si, cuando se dio cuenta, empezó a
dar golpes a la puerta para ver si se abría.- Dijo riendo.
- Me gusta verte así.
- ¿Así como?
- Sonriendo.- Dije abrazándola.
Suspiró.
- Tu hermana saldrá de esta.- Le
dije.- Siempre salís de todo ¿Recuerdas el perro aquel? ¿¿Recuerdas también lo
que os pasó con el vecino del tercero? ¿YY cuando Lau se cargó el ascensor del
edificio? No se como, pero salisteis airosas de todo aquello…
- Pero, esto no es lo mismo…
- No, no lo es. Pero, ¿Qué te queda si
no tienes esperanza? Estamos todos aquí, contigo, y toda nuestra fuerza está
con ella. Saldrá de esta…
- ¿Cómo estás tan segura? No siempre
hay luz al final del túnel…
----------
Tras el aeropuerto, acompañé a Mónica
y a Alba al hospital y luego fui para casa, a ducharme y a buscar a Laia.
En cuanto acabé de vestirme, llamé a
Laia.
- Laia, soy Ari. Tu prima me ha dicho
que te llamase porque ibas a venir al hospital ¿No?
- Iba…
- ¿Ya no? ¿Qué ha pasado?
- No puedo ir… Estoy en el aeropuerto.
- ¿Qué haces ahí?- Dije sorprendida.
- Voy a Madrid.
- ¿PARA QUÉ?
- Dani…
- ¿Dani? ¿Dani mi… Nuestro Dani?
- Si, ese Dani…
- ¿Pero, que? No entiendo nada.
- Oye, os explicaré luego. Os llamaré
¿Vale?
- ¿Pero cuanto te vas a quedar?
- Tiempo, mucho. Dormiré en casa de
una miga.
Colgué
y salí hacia el hospital.
Cuando
llegue, la primera pregunta que me hizo Alba, era justo lo que sospechaba.
-
¿Y mi prima? ¿Te has olvidado de recogerla?
-
Tu prima, está camino de Madrid.
-
Ari, ¿Qué dices?
-
Lo que oyes.
-
Pero, ¿Cómo que se va a Madrid? ¿Para que?
-
Dani. Eso es lo único que me ha dicho. Y que ya te llamaría para contártelo.
¿Cómo está Mónica?- Dije cambiando de tema.
-
Está. Ver a Carlos le ha animado un poquito.
-
¿Es usted familiar de Laura?- Oímos que un médico le decía a Mónica.
-
Si… ¿A pasado algo?- Dijo ella.
-
Si, Laura está fuera de peligro. En unos días se pondrá bien. A las res se nos
iluino la cara y abrimos los ojos como platos.
Vi
como Alba se dirigía a Mónica y se abrazaban.
-
¡Te lo dije, te lo dije!- Decía Alba.
Cuando
de separaron fui yo a abrazar a Mónica.
-
Sabia que saldría de esta.- Iba diciendo por detrás Alba.
----------
Los
días siguientes transcurrieron con normalidad. Cada día íbamos a ver a Lau,
que, había entrado en depresión al enterarse de la muerte de Alex.
Llevaba
tres días esperando la llamada de mi prima, y como no parecía que fuera a
hacerlo decidí llamarla yo.
-
¿Diga?- Contestó.
-
Hola, ¿Te acuerdas de que tienes una prima en Barcelona a la que no has dado
explicaciones?
-
Me acuerdo.- Dijo riendo.
-
Pues suelta. ¿Qué haces en Madrid?
-
A ver, los día que nos veíamos con los chicos en Barcelona siempre
encontrábamos un modo de quedarnos solos y un día… se presentó en mi casa, que
yo le había la dirección, no te asustes, y bueno… Digamos que surgió la chispa.
-
¡Madre mía! Una cosa es la chispa, y otra es irte a Madrid…
-
Es una locura, pero me he quedado en casa de Nuria, una amiga mía, y así puedo
ver a Dani más a menudo.
-
¿Entonces no tienes pensado volver por mucho tiempo?
-
Me quedaré aquí hasta septiembre. Y oye, me contó Carlos que Lau está bien. Me
alegro. ¿Por qué no os venís todas en verano?
-
Se lo propondré a las chicas, pásalo bien fea.
-
Te quiero.
-
Venga adióóós.- Grité riendo.
Y
colgué. ¿Verano en Madrid? Eso si era un planazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario